CALI.- Un técnico debió levantar el travesaño de uno de los arcos del estadio Pascual Guerrero, de Cali, tras descubrir que estaba un centímetro más bajo que la medida reglamentaria.
Horas antes de su apertura para la Copa América, el estadio, que tiene 64 años de historia y en el que Brasil jamás pudo ganar, en cinco partidos, era objeto de preparativos de último momento.