BOGOTA.- Unos 5.000 policías, en cinco anillos, tendrán la responsabilidad de garantizar la seguridad mañana domingo durante el partido por la final de la Copa América de fútbol entre las selecciones de Colombia y México, informaron el sábado las autoridades.
El comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Jorge Enrique Linares, anunció que solamente podrán penetrar el primer anillo de seguridad las personas que tengan su respectiva boleta y que se prohibirá el ingreso de niños y de personas embriagadas o que quieran ingresar licor al estadio El Campin.
Todos los aficionados deberán someterse a una minuciosa requisa por parte de las autoridades. El oficial advirtió que se prohibirá la entrada de elementos diferentes a las banderas, a fin de evitar que sean utilizados para ser lanzados al terreno de juego y agredir a los jugadores o a los árbitros.
"Vamos a permitir únicamente la entrada de banderas que traigan los aficionados con los colores nacionales", aseguró el oficial "de ninguna manera vamos a permitir pancartas que lleven mensajes que no correspondan a un evento deportivo".
Los alrededores del estadio El Campín de Bogotá estarán vigilados por policías expertos en controlar manifestaciones, un grupo de élite especializado en rescate de rehenes y combatir a terroristas, y estarán apoyados por perros expertos en la detección de explosivos, cámaras de televisión, detectores de metales y helicópteros.
Al operativo de seguridad se sumarán 20 ambulancias, tres máquinas del Cuerpo de Bomberos y tanquetas de la policía. El tráfico vehicular se restringirá para facilitar el ingreso y la salida de lo aficionados al escenario deportivo que tienen capacidad para 45.000 espectadores.
Colombia estuvo a punto de perder la sede de la Copa América, el máximo torneo del fútbol continental a nivel de selecciones, por razones de seguridad. Inicialmente la Confederación Sudamericana de Fútbol canceló la realización del torneo en Colombia y luego lo aplazó para el 2002, pero a última hora ordenó realizarlo en las fechas previstas inicialmente debido a presiones de los patrocinadores.
Este país de 40 millones de habitantes, afronta un conflicto interno de 37 años que enfrenta a guerrilleros izquierdistas, paramilitares de ultraderecha y las fuerzas de seguridad del Estado.
La confrontación cobró la vida de 40.000 personas, la mayoría civiles, en la última década.
Argentina desistió de participar en el torneo más importante del fútbol continental a nivel de selecciones aduciendo razones de seguridad.
