SANTIAGO.- La incertidumbre con la que se contagia América Latina por la crisis económica argentina, acaparará la atención de los 19 mandatarios que participarán en la XV Cumbre del Grupo de Río a partir del próximo viernes en Santiago.
La mayoría de los presidentes considera que la crisis política y económica que vive ese país desde hace tres años es un fiel reflejo de los problemas financieros que sufre la región.
Y por ello temen que América Latina, que ya padece los efectos de la desaceleración económica de Estados Unidos, se vea contagiada por la situación si Argentina no soluciona a tiempo sus angustias.
En vísperas de la Cumbre, el Presidente de Chile, Ricardo Lagos, llamó la atención de sus colegas para que el Grupo de Río se haga oír con una sola voz ante el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Según Lagos, los países latinoamericanos han hecho un "tremendo esfuerzo" para ordenar sus economías y por ello tienen todo el derecho a exigir la construcción de un sistema económico que les permita disfrutar de esos logros.
Otro asunto que centrará el interés de los gobernantes reunidos en Santiago es la propuesta del Presidente de Perú, Alejandro Toledo, de reducción de los gastos de defensa para destinar mayores recursos a las acuciantes necesidades sociales de la región.
El Mandatario peruano sostiene que "ha llegado el momento en la región de gastar menos en armamento e invertir más en salud y educación, para ganar la guerra contra la pobreza".
Esta iniciativa, que cuenta con el respaldo del Presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, fue planteada por Toledo a su colega chileno, quien se mostró dispuesto a fiscalizar la estructura de los gastos militares de ambos países.
Esto es algo que viene haciendo ya desde hace más de un año la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) con los presupuestos de defensa de Chile y Argentina.
El Grupo de Río, que nació en 1986 como un mecanismo permanente de consulta y concertación, se ha convertido con el transcurso del tiempo en el foro de integración regional por excelencia.
El Presidente Ricardo Lagos anticipó que durante la Cumbre también habrá oportunidad de que los gobernantes aúnen posturas ante los "temas acuciantes".
Pero además de la coyuntura política y económica, en la agenda oficial de la Cumbre figuran temas como la nueva economía, la brecha tecnológica y el empleo, propuestos por Chile en su condición de país a cargo de la secretaría "pro tempore".
El informe preliminar de la Cumbre sostiene que la sociedad de la información y del conocimiento ha abierto insospechadas perspectivas de crecimiento y progreso para la humanidad, pero también plantea serios desafíos a los países de la región por su impacto social y en los sistemas de producción.
Al respecto, los coordinadores nacionales iniciaron hoy los trabajos preliminares de la Cumbre con la discusión de este documento, que mañana será presentado a los cancilleres y que posteriormente formalizarán los jefes de Estado y de Gobierno.
La idea de Chile, según expuso esta semana la canciller Soledad Alvear, es que se impulsen medidas concretas que permitan asumir el reto que significa para América Latina la inserción en la realidad de la globalización y la interdependencia.
Como novedad de esta Cumbre, los gobernantes latinoamericanos reunidos en Santiago participarán en cinco grupos de trabajo y a través de videoconferencias conversarán con chilenos de una veintena de ciudades del país sobre temas como educación, empleo, participación y globalización.
De esta forma, los organizadores pretenden que los presidentes "aterricen" en los problemas de la gente y la Cumbre se abra a la sociedad, con lo que de paso frenan eventuales protestas "globalifóbicas".
Las preguntas que han llegado desde las ciudades participantes en las videoconferencias aluden a los problemas del desempleo, las condiciones de los servicios rurales en el continente, la educación, el acceso de loa jóvenes a la política y discriminación de la mujer, entre otros temas.