SANTIAGO.- Momentos agitados son los que ha debido enfrentar el ex Presidente Patricio Aylwin desde que asumió la directiva de la Democracia Cristiana en medio de una crisis por la errónea inscripción electoral de sus candidatos al Parlamento. Y más incómodos deben serlo aún cuando este avezado político había decidido no involucrarse en la contingencia de la actividad que ha practicado durante casi toda su vida.
Con 82 años cumplidos su lucidez y carácter fuerte siguen tan presentes como antaño, cuando combatió el gobierno del general Pinochet y luego al encabezar un gobierno de transición democrática. Misma fuerza y convicción que debió ejercer para obligar al presidente del Partido Socialista, Camilo Escalona, a encarrilarse por los márgenes y acuerdos que significan estar dentro de la Concertación, tras el anuncio que hiciera de apoyar a los candidatos comunistas en los distritos 9 y 16.
Con un panorama nada de alentador ni para su partido ni para la propia Concertación de cara a las elecciones parlamentarias de diciembre próximo, el ex Presidente Aylwin lo único que desea es ordenar las filas internas y potenciar la imagen del pacto oficialista para que no sean castigados en las urnas. Pero todo ello, sólo hasta fines de septiembre, cuando volverá a sus labores privadas y a la tranquilidad de su hogar en compañía de su señora, Leonor Oyarzún.
- ¿Existe conformidad en la Democracia Cristiana tras las sucesivas aclaraciones del PS y el compromiso de Camilo Escalona de apoyar a los candidatos de la Concertación en los distritos de Illapel y Pudahuel?
- Nosotros hemos dado por superado el conflicto que se creó por el compromiso del PS de apoyar a los candidatos comunistas. Luego de la promesa socialistas de que sus militantes votarán por los candidatos de la Concertación y el compromiso de Camilo Escalona de asistir a las proclamaciones, doy por superado ese episodio.
- ¿Eso significa que están restablecidas la confianzas entre la Democracia Cristiana y el Partido Socialista?
- Sin duda que el movimiento se prueba andando y, en este caso, aun cuando es indudable que la confianza plena se debilitó con un hecho como éste, confío en que se restablezca en la medida que los hechos lo ameriten.
- ¿Cómo califica la relación entre la DC y el PS, considerando además que el senador Ominami criticó al ex presidente Frei y la representación de este partido en el Parlamento?
- Las declaraciones de Ominami me parecen sinceramente inaceptables. Creo que es un acto no sólo enemistoso, sino que sobre todo odioso. Si a esto se le suma la presentación visual de la entrevista, en la cual aparece acompañado de un cañón, significa que Ominami más bien quiere jugar como enemigo y no como amigo. Prefiero pensar que es un acto irreflexivo producto de la presión por su campaña senatorial ante la seria amenaza de la postulación de Ignacio Walker, de quien espero y confío será el senador concertacionista electo por la Quinta Región Cordillera.
- ¿Pero cómo quedan las relaciones entre la DC y el PS después de estos episodios?
- Pareciera que algunos sectores socialistas les bajó un deseo por desplazar a la Democracia Cristiana. Nuestro partido no actuó así cuando fuimos Gobierno, y creo que tampoco es esa la posición del Presidente Lagos. Todos los partidos de la Concertación deben entender que nos necesitamos recíprocamente y que si se quiebra el pacto o el PS desea reducir la participación de la DC dentro de la alianza, está conduciendo a la propia destrucción de la Concertación y pavimentando el camino para que la derecha vuelva al Gobierno.
-¿Y qué le parece que la salida de Jorge Navarrete del directorio de Televisión Nacional haya respondido a presiones emanadas desde La Moneda?
-Lamento que se haya producido, pero creo que lo importante es que Televisión Nacional interprete y dé garantías para todos los sectores.
- ¿Lo lógico no era reemplazar a Navarrete por un militante DC y no por un PPD?
- Yo soy partidario de que los cargos no respondan a un sistema de cuoteo. La noticias, indudablemente, no nos ha gustado, pero no estamos por hacer cuotas de poder ni en Televisión Nacional ni en ninguna parte.
- ¿Considera que a raíz de estos "impasses" debiera refundarse la Concertación en otros valores más allá de la Democracia y del bienestar social?
- Me parece que los valores siempre van a ser los mismos. El problema pasa por adecuar las políticas a las nuevas exigencias que nos presente el futuro, pero el fortalecimiento de la democracia y el respecto a los derechos humanos siempre van ser nuestros pilares fundamentales. Lo otro es el desarrollo económico y el bienestar social, y es ahí donde hay una diferencia enorme entre la Concertación y la Oposición. Ellos, básicamente, se sustentan en que la pobreza se derrota simplemente con el crecimiento económico y que lo fundamental es que la economía crezca a tasas entre el 7% y el 10% anual y que si se logra eso en periodos constantes la pobreza se va a acabar. Pero la realidad mundial ha demostrado que el crecimiento económico por sí sólo no basta, porque éste tiende a concentrarse en los sectores más pudientes y aumenta la brecha entre ricos y pobres. Por eso consideramos necesarias políticas sociales que se realicen por el Estado, pero también por la sociedad civil organizada.
- ¿Y cómo se concilian en la Concertación las visiones de un ala más liberal que desea leyes de divorcio y aborto y un sector más conservador que se opone a ellas?
- Esos son temas que dividen no sólo a la Concertación, sino que también en la derecha, donde también existen sectores más liberales y más conservadores. Vivimos en un mundo que se está renovando en esa materia y lo fundamental es encontrar parámetros de pluralismo que aseguren el respeto a las legítimas discrepancias.
- ¿Le acomoda a la Democracia Cristina que el Gobierno haya reconocido que este año no va a haber leyes que apunten en este sentido?
- Personalmente soy partidario que exista una ley que regule las separaciones matrimoniales y que incluso ésta acepte la disolución del vínculo respecto de los casados por otra ley que no sea el sacramento. Para mí lo indisoluble es el sacramento del matrimonio. Distinto es que crea que este es un tema inadecuado para tiempos electorales, porque crea pasiones que no convienen avivarlas en periodos de elecciones.
- ¿Le pidieron al Gobierno que sacara la ley de la discusión parlamentaria de este año?
- Sólo pedimos que no se decretara urgencia para su discusión.
- ¿Qué efectos podría traer el episodio RN-UDI tras la bajada de Piñera de su postulación al Senado?
- Lo acontecido con la candidatura de Piñera es un signo preocupante de que los poderes económicos y la prepotencia de la UDI se imponen en la política. Eso plantea un problema de indefinición en una derecha democrática, con alguna sensibilidad social como lo ha intentado ser Renovación Nacional. Por ello tiene dos opciones: o son comparsa y satélites incondicionales de la UDI -lo que les asegura desaparecer del espectro- o siguen intentando representar una derecha progresista en lo social y en lo político.
- ¿Cómo avizora que le va a ir a la Democracia Cristiana en diciembre?
- Soy optimista. Si la mayoría de los chilenos entiende que la elección de un Parlamento entraña el devenir político inmediato del país, nos debiera ir bien. Elegir un Congreso que no sea capaz de respaldar al Gobierno, que sólo sea oposición -lo que sucedería con la UDI- significaría causar un daño al país, pues se conforma un período de cuatro años de absoluta parálisis legislativa. Aquellos que esperan que nuestro partido se vaya abajo y que tenga un retroceso grave se van a pisar la cola. La inscripción errónea es un episodio superado que, creo, no tendrá incidencia en la votación para el partido.
- Es una decisión irrevocable que sólo dirigirá el partido hasta fines de septiembre?
- Cuando acepté la presidencia del partido dije que sólo sería hasta septiembre, porque tengo otros compromisos que me exigen mucha dedicación. También, hay que considerar que a mis años la carga que implica la presidencia de la colectividad se hace muy pesada.