SANTIAGO.- El Gobierno rindió un homenaje al asesinado ex comandante en jefe del Ejército, general Carlos Prats, con una misa en el Palacio de La Moneda, tras cumplirse 27 años de su muerte el pasado 30 de septiembre.
En el acto litúrgico realizado en la capilla del palacio presidencial, al que asistieron autoridades de Gobierno, familiares y amigos de Prats, se recordó al ex jefe castrense como figura pública.
Además de haber sido comandante en jefe del Ejército, Prats se desempeñó también como ministro del Interior y vicepresidente de Chile durante la administración del ex Presidente Salvador Allende (1970-73).
Tras la ceremonia, a la que no asistieron autoridades militares, una de las hijas del ex jefe militar, Angélica Prats, calificó el acto de homenaje a su padre como "un justo reconocimiento de parte del Estado de Chile".
Esta es la primera vez que un Gobierno de la Concertación realiza un homenaje a la memoria de Prats como figura política.
A juicio de Angélica Prats, la ausencia de militares en el homenaje obedece a "la dificultad que ha habido en normalizar las relaciones cívico-militares en el país y lo difícil que resulta para una institución como el Ejército retomar la figura de un comandante en jefe cuando algunos de sus propios pares han sido quienes han tenido la responsabilidad en el crimen".
En tanto, el ministro del Interior, José Miguel Insulza, recordó a Carlos Prats como "una persona que vivió y murió sin odio".
Añadió que la figura del ex jefe militar "es un muy buen símbolo del espíritu que se vive en Chile, por lo tanto prefiero poner el acento en lo que hemos hecho hoy y no en los que han faltado", refiriéndose a la ausencia de representantes del Ejército.
"Los que han faltado ya vendrán. Este país (Chile) está en camino de la reconciliación", sostuvo Insulza.
Prats y su esposa, Sofía Cuthbert, murieron víctimas de un atentado perpetrado el 30 de septiembre de 1974 en Buenos Aires. Una bomba explotó bajo su automóvil cuando el matrimonio ingresaba al edificio en el que vivía exiliado, en el barrio porteño de Palermo.
Hasta el momento, Enrique Arancibia Clavel, ex agente de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), es el único condenado en este caso, que sigue abierto y que investiga la jueza argentina María Servini de Cubría.