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La Moneda quedó atrapada en las declaraciones de Lagos

El vocero de Gobierno, Heraldo Muñoz, sostuvo que el fondo del asunto -sobre las declaraciones del Presidente respecto a la facultad de remover a los jefes militares- es que el Primer Mandatario debe tener esa prerrogativa.

22 de Abril de 2002 | 14:25 | Mauricio Campusano, EMOL
SANTIAGO.- En una incómoda posición quedó el Gobierno luego de las declaraciones del Presidente Ricardo Lagos este fin de semana, en las que insistió en la necesidad de restituir la facultad presidencial de remover a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y Carabineros.

Tanto es así, que durante esta mañana ni el propio Lagos, como tampoco su ministro Secretario General de Gobierno, Heraldo Muñoz, pudieron explicar los verdaderos alcances de las declaraciones que hiciera el Primer Mandatario en el programa "Pregúntele al Presidente" de radio Cooperativa.

En él, y refiriéndose a la reforma constitucional impulsada por el Gobierno que pretende devolver la facultad presidencial de remover a los comandantes en jefes de las Fuerzas Armadas y Carabineros, Lagos ejemplificó la importancia de este tema al decir que, de haber existido en la Constitución, él la hubiera ejercido en las ocasiones que durante su periodo ha considerado que las actuaciones de los jefes castrenses se ha arriesgado al seguridad del país.

Sabiendo que al explicar sus declaraciones podría abrir un frente de conflicto en las excelentes relaciones entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas, el Primer Mandatario eludió todo contacto con la prensa en las actividades que tenía programadas esta mañana. Si bien dijo que hablaría más tarde en el palacio de "La Moneda", hasta el cierre de este despacho (13.40 horas), ello aún no ocurría.

El que sí habló, en cambio, pero quien claramente no pudo explicar ni quiso ahondar en la materia, fue el vocero de Gobierno, Heraldo Muñoz.

El secretario de Estado quiso minimizar el efecto político sobre las reformas constitucionales que podrían traer las declaraciones de Lagos, y dijo que el fondo del asunto tiene que ver con que un sistema democrático, el Presidente de la República debe tener la facultad de remover a los jefes militares y de seguridad.

Muñoz explicó que al citar esos ejemplos, Lagos quiso ilustrar un hecho que se considera anómalo en la vida democrática de un país. Por lo mismo, y al ratificar las declaraciones oficiales de La Moneda, reafirmó que la Constitución Política chilena es una de las pocas del mundo, si no la única, en no considerar esa prerrogativa presidencial de disponer de los mandos militares.

Más allá del discurso oficial y de querer desviar la atención para que éste tema no se convierta en una pugna política entre oficialismo y oposición por las reformas constitucionales que se dicuten en el Senado, el Gobierno se vio atrapado en sus propias declaraciones, pues hoy no supo explicar cuándo el Presidente Lagos consideró que uno de los comandantes en jefe puso en peligro la seguridad nacional.

Y, pese a los emplazamientos de la oposición para que Lagos aclarara sus dichos, La Moneda se la jugó por bajarle el perfil al asunto, y le mandó un mensaje a la derecha para que ésta recordara que el ex presidente Jorge Alessandri Rodríguez renunció a presidir la Comisión de Estudios Constitucuionales, por cuanto era partidario de mantener en el Presidente de la República la facultad de designar y remover a los comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

Paquete de Reformas

El martes pasado, y a punto de culminar el plazo legal para presentar las indicaciones respectivas, el Gobierno ingresó al Parlamento un paquete de 38 indicaciones al proyecto que actualmente se discute en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado.

Con estas indicaciones, el Gobierno reafirmó lo que han sido sus principios valóricos en la materia durante los últimos 12 años, por cuanto se pretende la eliminación inmediata de los senadores designados y vitalicios, se reforma el sistema electoral binominal para que el Senado quede compuesto por 50 miembros, se devuelve la facultad presidencial de designar y remover a los comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y Carabineros, se modifica la naturaleza del Cosena, al dejarlo como un órgano asesor y no resolutivo; se abre la posibilidad para convocar a plebiscitos y se cambia la dependencia de Carabineros al Ministerio del Interior.

Tras la presentación en el Parlamento, el Ejecutivo recibió el inmediato rechazo de la oposición, que, personificada en los senadores Andrés Chadwick (UDI) y Alberto Espina (RN), advirtió que un paquete de indicaciones como ésta, no tenía posibilidad alguna de lograr algún consenso y ser aprobada.

Por lo mismo, y ante la evidencia de que durante este año y en lo que queda de administración, no se alcance un acuerdo en esta materia, el Gobierno adoptó como estrategia comunicacional "desenmascarar" a la derecha en sus intenciones democráticas.

De ahí que desde La Moneda y de los partidos políticos se insista en que, a 12 años de la vuelta de la Democracia, el país ya está lo suficientemente maduro para aceptar este tipo de cambios a la Constitución. Por ello, también, es que el Gobierno comenzó a hablar de que estas reformas no tiene la connotación de "duras", sino que de "democráticas".