Volver al especial Viña 2004
Dos antorchas se llevó esta noche el humor en la Quinta Vergara.
VIÑA DEL MAR.- El otro día Salvatore Adamo decía que no le gustaba cuando un escenario se convertía en una arena y el público en un circo romano. Al bueno de Salvatore no le habría gustado entonces cómo presentaron esta noche a los Los Indolatinos, verdaderos gladiadores a los que tiraron al monstruo, así, armados sólo con un par de guitarras.
El escenario para el dúo humorístico estaba derechamente hostil. Arjona había dejado las feromonas de un público mayoritariamente femenino, revolucionadas hasta decir basta. Después de hora y media de canciones, después de haberle entregado todos los premios, después de haber esperado en el más completo silencio toda una tanda de comerciales, el público seguía pidiendo, o exigiendo, más canciones del guatemalteco.
En eso estaba el Monstruo, enfervorizado de Arjona, cuando Vodanovic salió a escena (o más bien sacó la cabeza del camarín), para anunciar sin ninguna convicción, a Los Indolatinos. Se podría decir que los presentó y salió arrancando. Y estos gladiadores en versión criolla salieron a la arena y se enfrentaron con coraje al destino.
Las rechiflas eran ensordecedoras, pero bastaron sólo un par de minutos para que la dupla humorística, revirtiera la situación.
Fueron chistes cortos, picarescos, ingeniosos, veloces. La rapidez y el sabor del humor chileno, condensado en un contrapunto hilarante que tuvo un efecto inmediato. Como por arte de magia, o más bien por el arte del humor, el público pasó en sólo un instante de silbar y abuchear a reír y aplaudir con ganas y se olvidó por completo de la melosidad y los excesos de Arjona.
Cuando la situación estuvo dominada la pareja formada por Juan González y Luis Córdova se largaron con una divertida tonada con la que no hicieron más que seguir alegrando los ánimos. “Hay que compartir, hay que compartir. Si me prestas lo que te sobra me harás feliz”, cantaban felices los humoristas que a esa altura ya comprendían que el éxito estaba asegurado.
Terminaron la tonada y vinieron los premios. Antonio y Myriam fueron prudentes y entregaron sólo dos merecidas antorchas, un regalo que en el caso de los humoristas es un éxito rotundo. Y así lo demostraron Los Indolatinos que subieron con dos botellas de champaña que descorcharon y bebieron sobre el escenario.
El resto fue pura celebración. La dupla agradeció y dedicó al triunfo a Carlos Helo, a Guillermo Bruce a Wendy, a los humoristas chilenos en general. Y no era para menos. La actuación de Los Indolatinos esta noche fue un éxito indiscutido y como decía la canción que ellos mismos cantaron, si prestan lo que les sobra, otros también serán feliz.
