MILAN.- Los pedidos de renuncia para el técnico de la selección italiana, Marcello Lippi, debido al escándalo en el fútbol de ese país, ensombrecieron los preparativos de la selección local para el Mundial, tres semanas antes de que comience su participación en el torneo de Alemania.
La justicia interrogó el viernes a Lippi como testigo en el escándalo por el supuesto arreglo de partidos, y se espera que sea indagado más exhaustivamente la próxima semana.
El hijo de Lippi, Davide, es también uno de los miembros de la agencia de transferencias investigada por las autoridades.
Los periódicos italianos informaron que la presión para que el técnico renuncie había aumentado, una decisión que perjudicaría seriamente al equipo italiano en la Copa del Mundo que comienza el 9 de junio.
Italia se medirá con Ghana, República Checa y Estados Unidos en el Grupo E del Mundial de Alemania.
Hoy se publicó en Italia una encuesta en la que el 30 por ciento de los entrevistados afirmó que al fútbol italiano le costará por lo menos tres años recuperarse de las acusaciones de falsa contabilidad, arreglo de partidos y apuestas ilegales que han conmovido al principal deporte del país.
La mayoría de los encuestados también pidió que a Juventus, campeón italiano, y a otros equipos de primera división acusados en el escándalo, se les quiten todos los títulos ganados durante el período que se está investigando.