BERLÍN.- Alemania acoge a partir de hoy el Mundial de Fútbol, que pretende convertirse en un festival de superlativos, con record de audiencia, de perfección audiovisual, de ventas y una ceremonia inaugural en Munich a la que por primera vez han sido invitados todos los campeones del mundo.
Exactamente a las 14.21 GMT el estadio de Munich dará la bienvenida al único protagonista de los próximos 31 días: el balón.
Reyes, jefes de Estado y presidentes de naciones y organismos internacionales presenciarán desde sus tribunas un espectáculo de algo más de una hora y media que comenzará con la entrada en el campo de 182 tamborileros que se colocarán ante las dos porterías.
Acto seguido, la interpretación musical del coro juvenil de Bad Toelz hará recordar que la inauguración se celebra no sólo en Alemania sino sobre todo en Baviera, la patria del presidente del comité organizador, el "kaiser" Franz Beckenbauer.
Baviera estará también presente en otros momentos de esta fiesta inaugural, con la típica representación folclórica de baile en trajes tiroleses. Por lo demás, no faltará el "hip-hop" y el "break-dance".
Posiblemente uno de los momentos culminantes de la tarde será, unos veinte minutos después, la entrada en el campo de la modelo germana Claudia Schiffer y, sobre todo, del astro del fútbol por excelencia, Pelé, quienes portarán la Copa hasta el centro del campo.
Las emociones no terminarán allí. A continuación, una voz en "off" anunciará la entrada de cerca de 160 campeones mundiales, entre los que figurarán otros astros, como Maradona, o el también argentino Mario Kempes, máximo goleador de la Copa de 1978.
"La ceremonia inaugural en Munich se diferenciará en un punto de todas las anteriores: por primera vez en los cien años de historia de la FIFA todos los jugadores campeones del mundo que aún viven están invitados", aseguró la FIFA en un comunicado.
Entre los casi 160 participantes estarán representados los siete países que han conquistado en total 17 títulos.
Por delante de todos, el favorito Brasil, que ostenta el récord de trofeos mundiales, cinco en total, y que acude a Munich con 55 futbolistas, seguido de Argentina con 32.
Cuando todos los campeones del mundo estén en el campo una pantalla mostrará escenas de cómo ha vivido la afición los mundiales del pasado y luego harán su entrada el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, el presidente alemán, Horst Koehler, y Beckenbauer.
Koehler procederá después a inaugurar el Mundial y será seguido por un epílogo musical en el que se presentará la canción del torneo, compuesta por el músico alemán Herbert Groenemayer, en sus versiones alemana e inglesa.
Concluidos los prolegómenos, el campo quedará en manos de las selecciones de Alemania y Costa Rica a partir de las 18.00 horas (16.00 GMT) y tres horas después, a más de 600 kilómetros de distancia, en Gelsenkirchen, en las de Polonia y Ecuador.
Si se cumple la tradición de que la selección anfitriona en el partido inaugural siempre ha salido vencedora en un Mundial, Alemania deberá salir vencedora en este primer encuentro.
Unos 20.000 periodistas de todo el mundo se han acreditado para dar seguimiento a este mega-torneo, y entre los record que se esperan batir figura el de la audiencia televisiva acumulada.
Según la Agencia Infofront, especializada en la comercialización de los derechos de transmisión, la audiencia acumulada será al final del torneo de unas 33.000 millones de personas, seis veces la población mundial.
La parte del león de este Mundial, el más comercializado de la historia, se la llevará la FIFA, que se calcula en unos 1.800 millones de euros, principalmente procedentes de patrocinadores y derechos de televisión.
El impacto real del Mundial en la economía alemana, en cambio, será previsiblemente modesto y la Cámara de la Industria y Comercio Alemana estima que aportará un crecimiento del 0,33 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). Los expertos más optimistas suben el pronóstico al 0,5 por ciento.
Para el gobierno alemán, sin embargo, el objetivo principal es lograr que se cumpla sin contratiempos el lema del Mundial, el "Mundo entre amigos", y no se conviertan en realidad los temores ante ataques racistas o a la violencia de los "hooligans".