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MUNICH.- Cuando Philipp Lahm abrió el marcador con un verdadero golazo recién a los 5 minutos del partido, seguramente los alemanes pensaron para sí que Costa Rica era el rival ideal para iniciar su participación en la Copa del Mundo.
Pero probablemente todo cambió cuando a los 11 el histórico Paulo César Wanchope eludió de manera notable la trampa del off side para enfrentar solo al portero Jens Lehmann y batirlo con un frío derechazo cruzado para decretar el empate, en la primera aproximación seria de los centroamericanos.
Poco a poco los locales comenzaron a dominar el balón y a los 17 el delantero Miroslav Klose, elegido recientemente como el mejor jugador de la Bundesliga, volvió a anotar en el debut germano en una cita mundialista -ya lo había hecho en Japón-Corea 2002-, y decretó la ventaja parcial por 2-1.
Al abrirse la segunda etapa, el propio Klose repitió la gracia aprovechando un centro de Lahm por el sector izquierdo, para establecer el 3-1 a favor del cuadro alemán, aunque Wanchope otra vez puso la cuota de incertidumbre anotando el nuevo descuento costarricense.
El gol de la tranquilidad llegó en los pies de Torsten Frings, quien desde más de 30 metros dejó sin opción alguna al portero José Porras para liquidar.
Cuatro años debieron esperar los fanáticos del fútbol para poder vivir la experiencia de ver nuevamente a los mejores jugadores del planeta peleando por conseguir el trofeo que los consagrará como campeones del mundo.
Esta vez el turno de inaugurar la justa no le correspondió al campeón vigente -Brasil-, sino que al equipo local, que ante su público deberá mejorar el regular nivel mostrado en los amistosos de preparación, donde no logró convencer.
Sin embargo, los locales no pudieron contar para este partido con su mejor jugador y capitán, Michael Ballack, reciente adquisición del Chelsea inglés, quien debió perderse el debut para cuidarse de una lesión en una de sus pantorrillas.
Al frente los espera Costa Rica, un rival que en teoría no debiera complicar a los alemanes y que podría permitirles iniciar este campeonato con un triunfo que les inyecte ánimo y confianza para buscar el trofeo que Lothar Matthäus levantó por última vez para los germanos en 1990.
Es el momento en que las dudas y las suspicacias respecto al nivel de los equipos antes de la cita comienzan a dilucidarse, y donde Brasil deberá confirmar el inmenso favoritismo que le ha dado el público y el mundo especializado, especialmente por contar con Ronaldinho, el mejor jugador del planeta.
Para esto, los pentacampeones deberán lidiar con selecciones hambrientas de triunfo, como Argentina, que buscará limpiar la mala imagen mostrada en el Mundial pasado, Alemania, que quiere volver a coronarse después de 16 años de frustraciones, y otros elencos que quieren hacerse respetar en tierras germanas, como Italia, Francia, Inglaterra, entre otros.
