SANTIAGO.- Luego del meritorio triunfo obtenido ayer por Ecuador ante Polonia, esta jornada mostrará el debut de otras dos selecciones sudamericanas que buscarán iniciar con un resultado positivo su participación en la cita de Alemania.
Los primeros en entrar a la cancha serán los paraguayos, quienes a las 9 de la mañana (hora chilena) deberán enfrentar en Frankfurt a la Inglaterra de Beckham, Lampard, Gerrard y Owen, equipo que a pesar de la ausencia de Wayne Rooney se perfila como uno de los firmes candidatos para hacerle peso a Brasil en la búsqueda de la anhelada Copa del Mundo.
En el cuadro sudamericano la única duda es el delantero Roque Santa Cruz, pieza fundamental en el esquema guaraní, quien presenta una molestia en una de sus rodillas que podría impedirle ingresar a la cancha desde el primer minuto, aunque el delantero del Bayern Munich ha dicho en todos los tonos que tiene la intención de defender a su país. De no obtener el permiso médico, su lugar será ocupado por Nelson Cuevas, quien con su velocidad y desbordes podría causalre más de alguna complicación a la zaga europea.
A segunda hora (12:00) Suecia se enfrentará a Trinidad y Tobago en un duelo que a primera vista no debiera enfrentar un riesgo mayor para los escandinavos, ya que con hombres de la categoría de Larsson, Ibrahimovic y Ljunberg debiera bastarles para vencer a un equipo que entre sus máximas figuras tiene a Dwight Yorke, el ex delantero del Manchester United que ya pasó hace algunas temporadas por su mejor forma.
Para el final viene uno de los duelos más esperados por los fanáticos cuando a las 15 horas la selección de Argentina enfrente en Hamburgo a Costa de Marfil, el equipo africano que más votos ha conseguido para erigirse como la revelación del Mundial, y que en Didier Drogba, la estrella del Chelsea, posee una potente carta de gol que podría complicar a los trasandinos, quienes presentarán en punta a Hernán Crespo y Javier Saviola, dejando en la banca a Lionel Messi y Carlos Tevez.
Será la ocasión perfecta para que la albiceleste borre la mala imagen mostrada hace cuatro años en Japón/Corea 2002, cuando con el cartel de primeros favoritos no fueron capaces ni siquiera de sortear la primera ronda.