FURTH.- La clave para que la selección argentina de fútbol logre un buen resultado ante Holanda en el Mundial de Alemania es manejar el balón y contrarrestar la velocidad de los futbolistas europeos, dijo el mediocampista Maxi Rodríguez.
Argentina y Holanda se medirán el miércoles en la ciudad de Frankfurt en el partido que definirá el primer puesto del Grupo C de la Copa del Mundo. Ambos ganaron sus primeros dos partidos y suman seis puntos cada uno, pero Argentina es líder por diferencia de gol.
"A Holanda le gusta manejar la pelota, como a la selección argentina. Tenemos que tratar de manejarla nosotros y no dejarlos jugar a ellos porque tienen jugadores muy peligrosos y rápidos", dijo Rodríguez en una reciente entrevista con Reuters.
"Es un equipo europeo al que le gusta jugar, abrir mucho la cancha, así que creo que va a ser un equipo muy peligroso", agregó.
El entrenador José Pekerman aún no confirmó la formación argentina ante Holanda, pero la prensa especula con que el equipo presentará varios cambios para resguardar a los jugadores amonestados o los que están más cansados para que lleguen bien a octavos de final.
El defensor Gabriel Heinze y los delanteros Javier Saviola y Hernán Crespo vieron la tarjeta amarilla en los primeros encuentros.
"Queremos ganarle a Holanda, cerrar estos tres primeros partidos de la mejor manera y después recién pensar en octavos, con el rival que toque. No se puede especular", dijo el jugador del Atlético de Madrid de España. "Se cumplió el primer objetivo, ahora hay que seguir creciendo".
Rodríguez fue titular en la victoria 2-1 sobre Costa de Marfil en el debut y en la goleada 6-0 sobre Serbia y Montenegro, pero jugó en posiciones distintas en cada partido.
"Me siento cómodo por derecha y por izquierda. Por izquierda enganchás para el medio y eso te da la posibilidad de rematar", destacó.
La apabullante victoria sobre Serbia y Montenegro colocó a Argentina como una de las candidatas al título, pero Rodríguez no pierde la calma ante los comentarios del público y la prensa.
"Tenemos que estar tranquilos. No éramos tan malos después de Costa de Marfil ni vamos a ser campeones del mundo ahora", señaló. "En el primer partido había nerviosismo y ansiedad. En el segundo quedó demostrado que estábamos más relajados".
