BUENOS AIRES.- La camiseta albiceleste de la selección argentina de fútbol se ha convertido en "una bandera con mangas", y un gran número de aficionados se aferra por estos días a todo tipo de cábalas para afrontar el choque de mañana con Alemania por los cuartos de final del Mundial.
A esos fanáticos se les conoce popularmente como "cabuleros", término que es una derivación deformada de "cábala", según el investigador y poeta argentino Jorge Perednik, pero que también podría tener relación con el pájaro "Caburé", un búho pequeño que habita en zonas boscosas del país y de Paraguay, al que se le atribuyen poderes sobrenaturales y el don de la buena suerte.
Sea cual sea el origen etimológico y la forma cómo se impuso la tradición de recurrir a las cábalas para intentar torcer un resultado a favor del equipo, lo concreto es que es una práctica común y muy extendida en Argentina.
Por ejemplo, si un partido fue visto por un determinado grupo de personas, en un determinado lugar, donde se comió cierto plato, se bebió cierta bebida y el equipo ganó, entonces al siguiente juego, tiene que repetirse todo igual, incluso la vestimenta de ese día.
Los "cabuleros" no admiten que algo se pueda modificar, y hacen lo que sea necesario para que al siguiente partido todo se repita igual. Llegan hasta a variar los turnos de trabajo o el día libre en la oficina, para que el rito no se altere.
"Cuando la selección gana, es como si todos jugáramos mejor; por eso se sufren tanto las bofetadas cuando se pierde y se disfrutan hasta el delirio las grandes victorias", comentó el escritor y dibujante Roberto Fontanarrosa, en declaraciones a la televisión local.
Para el rosarino, consagrado internacionalmente como uno de los grandes artistas de su país y reconocido fanático del fútbol, en algún lugar de la Biblia debe decir "Y los argentinos nunca perderán al fútbol", porque "cuando pierden es una especie de escándalo y escarnio, que es exagerado, pero si no se entiende que esto es una pasión, entonces es difícil entender nada".
La contracara del "cabulero" es el "mufa", la persona o cosa a la que se atribuye mala suerte y que puede llegar a convertirse en enemigo público cuando se lo cataloga como tal.
En Argentina, el "cabulero" más conocido actualmente del ambiente futbolístico es el ex entrenador Carlos Bilardo y el "mufa" número uno es el ex presidente Carlos Menem (1990-1999) de quien muchos argentinos se niegan siquiera a pronunciar su nombre y dicen "Méndez" cuando se refieren a él.
A raíz de este "reconocimiento" al ex mandatario, días pasados circuló por Internet una fotografía suya, luciendo la camiseta de la selección brasileña y la leyenda: "¡Suerte Brasil!"
A la figura del "mufa" se opone también el "antimufa", que es aquella figura prestigiosa que por sus virtudes es capaz de conjurar todos los malos augurios. Y el más reconocido es el director de orquestas de tango Osvaldo Pugliese, que murió en 1994 y cuya fotografía adorna muchos hogares, oficinas y hasta acompaña a los hinchas a los estadios.
Hay muchas personas que se ríen de las supersticiones, que las consideran demenciales, pero como también decía Fontanarrosa, "es algo muy vinculado al fútbol, y el fútbol está muy metido" en lo más profundo del ser argentino.