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MADRID.- Pese a caer en los octavos de final del Mundial, Luis Aragonés renovó su contrato como seleccionador español por dos años después de alcanzar un acuerdo con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), donde se hará cargo también de la dirección deportiva.
Así lo anunció Jorge Pérez Arias, secretario general de la RFEF, en una rueda de prensa extensa que también contó con la presencia del entrenador. "Le hemos pedido a Luis que continuara y, afortunadamente, va a continuar hasta la próxima Eurocopa. Paralelamente, le hemos pedido que ponga en marcha una dirección deportiva, que es muy necesaria en la Federación", comenzó diciendo Pérez.
Poco después, Aragonés ratificó esas palabras. "Sigo porque quiero seguir, porque la RFEF me ha convencido de ello y porque quiero ganar", resumió mientras en la prensa y en la hinchada comenzaba a generarse un debate sobre la polémica resolución.
Así concluyó la crónica de una continuidad anunciada porque, desde el comienzo, tanto Aragonés como la RFEF querían prolongar su relación. De hecho, el organismo decidió incluso ampliar las atribuciones del seleccionador, que también asumirá la dirección técnica y trabajará en la remodelación del equipo técnico.
"No ha sido difícil tomar la decisión. En el fondo, yo quería seguir, a pesar de decir no al principio. Tengo fuerzas e ilusión, y ganas de ganar algo, en este caso la próxima Eurocopa", declaró.
España se fue del Mundial por la puerta de atrás, después de caer el martes en octavos de final tras perder por 3-1 ante Francia. Entonces, ya se barajó la posibilidad de que el seleccionador dimitiera inmediatamente, pues meses atrás afirmó que se iría si no se clasificaba para las semifinales del Mundial.
Pero Aragonés rectificó y lo justificó así: "No voy a ser esclavo de mis palabras. Aquello lo dije y no me arrepentimiento. Y si lo dije fue porque quizá me interesaba decir esa frase. Pero no voy a hipotecar mi futuro por una circunstancia así".
Aragonés se presentó ante la prensa después de una hora de reunión con la RFEF, un encuentro al que finalmente no asistió Angel María Villar, presidente del organismo, por sus obligaciones con la FIFA, de la que es vicepresidente y máximo responsable de la comisión de árbitros.
Sin embargo, Villar ya le hizo ver a Aragonés en Alemania que la RFEF estaba muy contenta con su trabajo y entonces le ofertó seguir por dos años más. Por eso, no había demasiado de qué hablar hoy con Villar.
Aragonés comentó que en su decisión también hay un ánimo de revancha. "Esto es volver a empezar. Trabajaré por dar un empujón para que España gane algo. Sigo por que el trabajo realizado me ha gustado y porque queremos hacer un proyecto completo, con unos cambios, con un trabajo diferente desde abajo", añadió.
La RFEF reforzó tales planteamientos. "No pedimos a Aragonés que quede campeón. Le pedimos trabajo, y en eso estamos completamente satisfechos. Viene a la Federación todos los días, da charlas, atiende a los medios de comunicación... Es totalmente ejemplar", explicó Pérez.
Lo que Aragonés no pudo ocultar fue su decepción por el fracaso del Mundial y se autoculpó. "Asumo mi responsabilidad. A mí también me faltó competir, saber dar alguna orden cuando ganábamos. Un partido del Mundial no se puede perder cuando ganas por 1-0. Me faltó tener una seña para ordenar replegarse al equipo. Nos faltó saber competir a todos", opinó.
El matrimonio entre Aragonés y la Federación renovó hoy sus votos. Ni siquiera un fracaso tan sonado como el Mundial pudo romper una relación tan fuerte, que proseguirá por dos años más.