RÍO DE JANEIRO.- El jugador de la selección brasileña de fútbol Zé Roberto admitió que el gol que selló la derrota de Brasil ante Francia en el Mundial de Alemania 2006 fue por falta de atención de algunos jugadores, pero declinó de señalar culpables.
"Fue por falta de atención, no sé de cual jugador. La selección no marcaba individualmente y sí por sector, no sé quién tenía que estar allí. Pero no es el momento de buscar culpables, ya no hay cómo volver atrás", afirmó el mediocampista en entrevista divulgada hoy por el canal ESPN Brasil.
"Sin ningún pudor digo que me concentré, me preparé, me entregué por entero. No es propio de mí apuntar errores en los otros. Pero que cada uno haga su autoanálisis y vea si dio todo lo que podía por el otro y si realmente se empeñó como debería", agregó.
Zé Roberto consideró que la "ropa sucia" debe comenzar a ser lavada para analizar esa entrada libre de Thierry Henry en el área brasileña para marcar el gol fatídico para Brasil, aunque se negó a apuntar culpables.
"Aquello que el hombre planta es aquello que también cosechará", parafraseó un pasaje de la Biblia y señaló que "es claro que todos perdimos juntos, pero hubo falta de atención".
Zé Roberto también criticó indirectamente al técnico Carlos Alberto Parreira, al asegurar que Robinho tenía un lugar en el equipo y que, si hubiera estado en el lugar del técnico, hubiera colocado un jugador al iniciarse el segundo tiempo para marcar al francés Zinedine Zidane, que en la cobranza de una falta dio el pase a su colega Thierry Henry para que convirtiera el gol que dejó a Brasil del Mundial.
"Ya al comienzo del partido, en la primera parte, él (Zidane) tuvo mucha libertad. Por esa libertad Zidane creaba jugadas, era el cerebro de la selección francesa", aseguró.
"Hasta quien no entiende de fútbol percibió que era necesario poner a alguien encima de él. Yo, particularmente, lo hubiera hecho en el segundo tiempo, por lo que ya había mostrado en el primero. Fuimos bien en los primeros diez minutos, envolvimos a Francia, pero después, retrocedimos. Ellos asumieron el control del juego y se complicó".
Otro factor apuntado por Zé Roberto para explicar la derrota fue la falta de unión entre los jugadores dentro de la cancha: "La unión que conquistamos fuera de la cancha faltó dentro de la cancha. Creo que, después de diez minutos de juego, el brillo y el entusiasmo desaparecieron. Intentamos al final del partido, pero ya era demasiado tarde", puntualizó.
Considerado por la FIFA como el mejor jugador de la selección brasileña en dos de los cinco partidos disputados en el marco del torneo, el mediocampista hizo las declaraciones en su residencia en la ciudad alemana de Múnich.
"Haber sido elegido por la FIFA en dos de los cinco partidos me consuela y me reconforta, pero mi sueño quedó atrás", se lamenta el atleta, que, con 31 años de edad, es poco probable que vuelva a defender la "canarinha" en el próximo Mundial de Sudáfrica 2010.
Como últimos grandes recuerdos del día de la "tragedia", confesó que quedaron en su cabeza el silencio en el vestuario, una vez finalizado el partido, y la frase de su hijo Endrik, que fue con la madre a buscarlo al hotel después de la cena que compartieron los jugadores.
"Endrik vio a la madre llorando, mi tristeza, y dijo: Papá, no llores. En otro partido, Brasil va a ganar e irá para la final. ¿Cómo le podía explicar a mi hijo que no habría otro juego?", se preguntó.
