MUNICH.- La victoria de Francia, que sepultó hoy el sueño de Portugal de alcanzar la primera final mundialista de su historia en Alemania 2006, también interrumpió la mayor racha de invictos de la historia de los Mundiales de fútbol, la del técnico brasileño Luiz Felipe Scolari.
En Corea/Japón 2002, cuando comandó Brasil a la conquista del título, sumó siete victorias y en Alemania, con Portugal, Scolari ganó sus cuatro primeros duelos en el Mundial y también se impuso en penales sobre Inglaterra, tras un empate sin tantos en 120 minutos.
Hoy, finalmente, "Felipao" conoció la derrota, a través del gol de penal de Zidane que le dio a Francia la victoria y el pase a la final y coronó otra brillante exhibición del cerebro de los "bleus".
En la víspera, Scolari había advertido que el duelo contra Francia sería "quizás más difícil que una final", y pidió atención especial a Zidane, por su capacidad de decidir solo un partido.
"Con él, la pelota no llora. Conmigo, sí lloraba", dijo con humor, aludiendo a su mediocre desempeño como zaguero en el inicio de su carrera en el fútbol.
A lo largo del partido, Scolari fue más "Felipao" que nunca: tenso, hacía gestos y gritaba instrucciones al borde de la cancha, luego volvía al banquillo para enseguida levantarse y protestar contra alguna decisión del árbitro.
Protestó cuanto pudo contra el penal señalado por el árbitro uruguayo Jorge Larrionda que resultó en el gol francés, y lo hizo con tal vehemencia que el cuarto árbitro intervino para pedirle que se calmara.
Luego, él mismo trató de pedirles calma a sus pupilos, para que no se dieran ya por vencidos. Sus "guerreros" respondieron y presionaron hasta el final por un empate que pudiera llevar el partido al menos a una prórroga, en un esfuerzo desesperado que involucró hasta al arquero Ricardo.
No lo lograron, y ahora les toca Alemania. Si logra éxito en la difícil misión de derrotar a los anfitriones el sábado en Stuttgart, Portugal habrá igualado la hazaña de 1966, cuando, bajo el liderazgo del ídolo Eusebio logró terminar tercero el Mundial de Inglaterra.
Sea como fuere, de la mano de "Felipao" Portugal cumplió su mejor Mundial en 40 años, y el técnico brasileño mantiene la imagen del artífice de una campaña que hizo sonreir al "país de la melancolía".
Un hecho que fue reconocido por un grupo de brasileños que, desde las gradas del estadio Allianz Arena, que festejaban como propio cada ataque luso, exhibían un cartel que resumía el sentimiento de la mayoría de sus compatriotas: "¡Vuelve, Felipao!".
Con esa frase, resumían el deseo de un 76 por ciento de sus compatriotas -según una encuesta reciente-, que este año vieron desmoronarse el sueño del "hexacampeonato" con la derrota de una apática "verdeamarilla" ante la misma Francia en cuartos de final.
Los brasileños lo quieren, así como los portugueses. Los españoles estarían interesados y los ingleses ya escucharon "no".
El hombre que inició su carrera de fútbol haciendo "llorar a la pelota" sigue en posición de tomarse el tiempo que estime necesario para decidir dónde seguirá ejerciendo su arte de formar equipos "guerreros".