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Argentino Elizondo arbitrará la final de la Copa del Mundo

El juez argentino ya había sido encargado de dirigir el partido inaugural del campeonato, y su buen cometido le permitió ser designado para el duelo decisivo entre Italia y Francia este domingo.

06 de Julio de 2006 | 11:35 | AFP



AFP
BERLÍN.- Horacio Elizondo, primer argentino que arbitrará una final de un Mundial y pionero en abrir y cerrar el evento, es un juez que adora escribir poemas, pero el domingo en el Francia-Italia tendrá que olvidar la pluma y el lirismo para dirigir con más autoridad que nunca.

"Alemania-Costa Rica será el partido más importante de mi vida", había confesado a la prensa Elizondo, antes de saber que sería después el encargado de arbitrar la final, el 9 de julio, pese a que el favorito era el eslovaco Lubos Michel.

Este colegiado de 42 años llegó al Mundial con la carta de presentación de haber impartido justicia en la final de la Copa Libertadores 2002, entre Olimpia de Paraguay y Sao Caetano de Brasil.

Elizondo ha tenido su especial revancha, tras haberse quedado afuera del Mundial Japón-Corea del Sur 2002, eclipsado por su colega Ángel Sánchez, pese a que la crítica argentina lo consideró siempre el mejor.

"En 2002 pensaba que aquel debía ser un Mundial para mí, pero en este tiempo siento que he madurado como árbitro y como ser humano", declaró este hombre que es profesor de Educación Física y nació en el pequeño pueblo de Parada Robles, en el centro del país.

El poeta del silbato

Lejos está del "referí", con acento en la "í" como dicen en tierra gaucha, la intención de emular a Jorge Luis Borges, gloria de las letras argentinas, y ni siquiera a poetas ignotos.

Lo suyo es un "hobby" como cualquier otro por amor al arte, tal vez para enfrentar con espíritu "suavizado" el estrés de una profesión que deja a más de uno al borde del ataque de nervios.

¿Será por eso que también juega al golf como aficionado?. Elizondo tiene en el deporte de los palos y el "green" otro momento de rélax en medio de tanto grito, insulto y excitación en la cancha.

Por más personalidad y firmeza que tenga un árbitro hoy en día, le caerá encima, como implacable espada de Damocles, la lupa quirúgica de la TV y sus temibles repeticiones en cámara lenta.

"Habrá más tarjetas y más penales", había declarado el árbitro antes de viajar a Alemania, a la luz de las últimas instrucciones de la FIFA que fijan mano dura frente a la violencia física y las intencionales pérdidas de tiempo.

"El objetivo es hacer un arbitraje de bueno para arriba. Dios y el tiempo dirán hasta dónde llegaremos", había declarado al diario Clarín.

Elizondo será el gran protagonista arbitral de este Mundial, tras dirigir el partido inaugural Alemania-Costa Rica, el 9 de junio, y la final Italia-Francia, el 9 de julio.

Su silueta con su cabello corto y renegrido, un porte de 1,83 metros y un temperamento severo pero sereno, que evita echar mano a la teatralización de los fallos, pasará a la historia de los Mundiales.

Javier Castrilli, ex árbitro internacional y ahora secretario de Seguridad Deportiva en Argentina, ha dicho del estilo de Elizondo que "es el más indicado para el Mundial".

"Es el único árbitro argentino que tiene jerarquía internacional", emitió sentencia el colegiado al que bautizaron el "Sheriff" por la dureza de sus fallos.

Elizondo llegó al Mundial acompañado como asistentes de sus compatriotas Darío García, un ex funcionario judicial, y Rodolfo Otero, profesor de Geografía, tras la decisión de la FIFA de armar tríos de colegiados del mismo país que congenien entre sí.

Elizondo, primero en Munich, después con el Suiza-Corea del Sur y el Inglaterra-Portugal, y ahora con la final, está teniendo su desquite mundialista, sin "versos", pero con un silbato que deberá sonar como música para los oídos.
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