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BERLÍN.- La expulsión por un increíble cabezazo que tumbó al italiano Marco Materazzi marcó una triste despedida para uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos: Zinedine Zidane.
"Zizou" perdió la posibilidad de retirarse con todos los honores, dándole a Francia su segunda Copa Mundial y consagrándose mejor jugador del torneo en el día de su retiro, para quedar casi como el "villano" de la historia.
Fue una tarde que comenzó de lujo, con el rápido penal que ejecutó con maestría, colocó 1-0 a Francia y permitió a él igualar el record de anotar tres goles en finales de Mundial, igual que el inglés Geoff Hurst y los brasileños Pelé y Vavá.
Y el cabezazo impecable de los 103', en el primer tiempo suplementario, que sacó en formidable reacción el arquero italiano Gianluigi Buffon, hubiese coronado todo. Pero sólo siete minutos después otro cabezazo lo condenó a los vestuarios, una reacción tan furiosa como insólita, inconcebible para un crack de su experiencia, que jugaba su despedida y la posibilidad de ganar un Mundial.
"Zizou" fue un crack porque su timidez fuera de las canchas desapareció adentro del campo y aún en Alemania, especialmente contra Brasil, el astro volvió a brillar cuando nadie lo esperaba, después de una primera ronda opaca tras la que algunos lo apuntaron como principal responsable.
Otros aseguraron que Zidane lideraba una generación que tenía de rehén al DT Raymond Domenech y hasta aplaudieron cuando por doble amonestación quedó marginado del triunfo por 2-0 ante Togo que permitió a los "Bleus" avanzar a octavos de final.
Reapareció con España y cuando Raúl aseguraba que sería el último partido en la carrera del "10" terminó eliminándolo él, al igual que su también ex compañero en Real Madrid, Iker Casillas, al que le convirtió el gol del 3-1.
Fue en cuartos, ante el campeón saliente Brasil, que Zidane apareció en toda su dimensión y sacó del torneo a otros "merengues" como Ronaldo, Roberto Carlos, Cicinho y Robinho, al que despidió con un paternal abrazo al final del partido que Francia ganó por 1-0.
Con Portugal en semifinales no brilló, pero hoy abrió el marcador ejecutando magistralmente un tiro penal que desorientó a Gianluigi Buffon y puso a soñar a los franceses, hasta su insólita expulsión.
Además del Mundial 98, Zidane ganó con Francia la Eurocopa 2000, las Copas Intercontinentales con Juventus (1996) y Real Madrid (2002), las Ligas de Campeones de Europa (1996 con Juventus y 2002 con Real Madrid) las Supercopas de Europa (1996, 2002 y 2003) los "scudettos" de 1997 y 1998 y la Liga de España (2003).
Además ganó la Supercopa de Italia en 1997 con Juventus y la Supercopa de España en 2002 con Real Madrid, sin contar el Balón de Oro logrado en 1998 y los título de Mejor Jugador de la FIFA en 1998, 2000 y 2002. Nacido en Marsella el 23 de junio de 1972 e hijo de padres argelinos, Zidane inició su carrera profesional en el Cannes a los 14 años de edad, desde donde pasó a Girondins de Burdeos, antes de militar con Juventus y Real Madrid, donde alcanzó su apogeo.
Con la selección debutó el 17 de agosto de 1994 ante República Checa y marcó los primeros dos de sus 30 goles con la casaca de los "Bleus", con la que en este Mundial disputó 6 partidos y convirtió tres goles.
Entre sus ídolos se encuentran el futbolista uruguayo Enzo Francescoli y por ello llamó Enzo a su hijo. Del "Príncipe", Zidane confiesa haber emulado su estilo de juego y considerarlo siempre "un Dios".
De la misma forma, el francés se convirtió en ejemplo de juego e ídolo de toda una generación. Ronaldinho lo considera la demostración que "el fútbol no tiene edad", mientras para Alessandro Del Piero "es el número uno absoluto".
Por su parte, Pelé lo llamó "el mejor jugador de la última década" y aunque Diego Maradona no lo ubica entre los "cinco grandes" (junto a él, Pelé, Cruyff y Di Stefano) declaró el mes pasado su intención de pedirle que continuará en el fútbol.
Las comparaciones con Michel Platini son recuando Zidane considera que tienen en común únicamente el haber vestido la camiseta de Juventus, pues, en su opinión, está aún lejos del 10 francés en la década del '80.
Entre sus mayores críticos se encontraba el político ultraderechista francés, Jean Marie Le Pen, quien en repetidas oportunidades acusó la "falta de patriotismo" de una selección con "muchos jugadores de color" y compuesta en su mayoría por hijos de inmigrantes, entre los cuales Zidane.
Muy cauto en sus respuestas, "Zizou" fue legitimador de varias campaña contra el racismo y antes de comenzar el Mundial 2006 aseguró que "los racistas deben quedar fuera" del torneo, al convertirse en uno de las imágenes de la lucha de la FIFA contra la discriminación.
La vida del astro galo fue material de la película "Zidane, un retrato del siglo XXI" realizado por Douglas Gordon y Philippe Parreno, en la cual 17 cámaras siguieron al jugador en varias presentaciones con el Real Madrid y Francia.
