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Confesiones a mi suegra

El que mucho abarca...

02 de Octubre de 2006 | 16:08 | Ernesto Ayala

He aquí una buena idea que falla por no hallar su forma adecuada. Rafi (Uma Thurman, espléndida como siempre aunque algo sobre maquillada), una mujer de 37 años, recién divorciada, sin hijos aún pero queriéndolos, conoce a David (Bryan Greenberg), un joven pintor, de apenas 23, de familia judía practicante, simpático pero sin aún un verdadero lugar en el mundo. Esta sola situación daba para una película entera, pero a ella el guionista y director Ben Younger ("Ambiciones peligrosas"), le agrega un nuevo foco de conflicto (preanunciado en el título con que la cinta se estrena en Chile): la madre de David (Meryl Streep) es la terapeuta de Rafi. Rebuscado como suena, esta vuelta de tuerca podía disparar una comedia de costumbres y observaciones sociales hacia una comedia de enredos, donde el acento está en las vueltas de tuercas, la inteligencia de éstas y el delirio que termina por apropiarse de la acción. El problema es que el director nunca parece definirse por aquella y permanece en el espíritu de la primera, lo que es otra manera de decir que no halla el tono adecuado.

Innumerables partes de "Confesiones..." tienen el sello de la observación cuidadosa, del detalle pintoresco, la complejidad inevitable de los afectos. Otras, en cambio, contienen coincidencias, chistes y escapadas propias de la comedia de enredos, pero funcionan sin brillo y rara vez escapan del lugar común. La indefinición también se muestra en la amplia gama de temas que la película trata de abarcar: la diferencia de edad en las relaciones de pareja, la diferencia religiosa, la autonomía y la maternidad, que quizás era el más interesante de todos, cuando hay entre Rafi y su terapeuta un juego de espejos: en una la maternidad quiere comenzar, en la otra está llegando a su fin. Una tercera indefinición se siente en el punto de vista: la opción de dividir el protagonismo entre David y Rafi no rinde cuando las emociones de ambos personajes terminan tratadas con rapidez, superficialmente. En lo que ya es una tendencia en el cine de Hollywood, menos hubiera sido más.

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