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El Descenso

Cerca del buen terror

02 de Octubre de 2006 | 16:23 | Ernesto Ayala
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El Mercurio

"El descenso" tiene la virtud de recordarnos dos cosas. 1) Que el horror funciona mejor cuando se hace en tecnología análoga, o sea, en cámara, sin efectos digitales, que los actores no sienten ni ven, sino mediante recursos de luz, sonido y maquillaje, ya que lo sucio e imperfecto de lo análogo reproduce mejor lo sucio e imperfecto de la vida. 2) Que el cine de terror necesita el negro, pero cuando se filma pensando en incorporar los efectos virtuales, el negro se esquiva, ya que el computador, como la TV, sólo es capaz de trabajar uno limitado, algo pálido, apenas gris oscuro. Lo que nos lleva a considerar que quizás el mejor terror del futuro, como en el pasado, vendrá de películas chicas, sin presupuesto para efectos digitales.

"El descenso" tiene como protagonista a Sarah (Shauna Macdonald) una inglesa joven, adepta al deporte aventura, que, luego de una tragedia familiar, vuelve a hacer una expedición con sus amigas, todas jóvenes y atrevidas, con las que bajará una laberíntica caverna en los montes Apalaches de Estados Unidos. El director británico Neil Marshall atina a llevar el terror a un lugar muy poco utilizado, pero que contiene las condiciones de encierro necesarias del género. El escenario, además, entrega múltiples fuentes de peligros; algunos, los mejores, serán propios de la expedición y otros, menos sorprendentes, resultarán inesperados. La imaginación de Marshall, en todo caso, es febril, nihilista y algo punky, por lo que no escatima en despliegue de sangre y vísceras, ni en una mirada pesimista sobre la amistad y el género humano. Poco atrevido se muestra, sin embargo, en utilizar más radicalmente la oscuridad de la caverna y en explotar mejor las mujeres que decide utilizar como personajes, ya que, tal como están, no son mucho más que hombres con el pelo largo. La oportunidad para reflexionar sobre sus mecanismos de complicidad o su forma de entender el poder era única. Pero más que explorar la condición femenina, Marshall prefiere golpear mediante la violencia, agotar mediante la tensión.

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