Adrien Brody es un actor talentoso, eso quedó a la vista después de ver "El pianista", y el registro de hombre sufrido lo repite acá: una película poco tradicional que mezcla el thriller con el romance y la ciencia ficción. "Regresiones de un hombre muerto" es una obra difícil de catalogar y resumir, pero si se puede decir algo es que bebe de la fuente de lo inexplicable, de los relatos pulp de fantasía de los años 50, de las series de TV como "Galería nocturna" y "The Twilight Zone", y que sale bien parada pese a la mezcla de niveles y géneros.
Jack Starks (Brody) es un veterano de la Guerra del Golfo con una herida en la cabeza. De vuelta en EE.UU. ayuda a una niña y su madre, en pana en el camino. Lo que viene es el descenso al infierno que sufre Jack, acusado de un crimen que no cometió e internado en una clínica donde experimentan con él: le dan drogas a granel, lo meten en una camisa de fuerza y lo encierran en un asfixiante cajón para cadáveres. Y la mezcla produce algo increíble: Jack puede viajar en el tiempo, hacia el futuro, donde se reencuentra con la niña que auxilió, ahora convertida en una joven adulta, la atractiva Keira Knightley. Y entre salto al pasado y salto al futuro, Jack averigua que pronto morirá y trata de descubrir más sobre su futuro.
La cinta, dirigida por el cineasta indie John Maybury, es un buen divertimento para los amantes del género de la ciencia ficción y las mezclas extrañas. Y para ser honestos, cualquiera puede entrar en la lógica de "Regresiones...". Se trata de un relato para iniciados, bien filmado en un estilo video clip, y que engatusa por la calidad de su elenco: desde Brody, pasando por los clásicos Kris Kristofferson y Jennifer Jason Leigh (que hacen de siquiatras), hasta la cada vez más en ascenso Keira Knightley. Y aunque "Regresiones..." no regresa a lo mejor del género como "Doce monos" o "Donnie Darko" (viajes en el tiempo + demencia), es una travesía con buenas ideas.