Los objetos y la fotografía, entre otros recursos, como elementos que permiten recoger particularidades que dan cuenta de una escena cotidiana, en una instalación que pone al descubierto el carácter sublime y la mesura del goce en el aparataje familiar, concentrándose especialmente en la dinámica filial entre padre e hijo.
El recorte escenográfico de un encuentro campestre, sirve para evidenciar una trama que connota los signos latentes de una relación hipermasculina, instalando una sutil e ingenua retórica que, a la vez, encauza el carácter ominoso y prohibitivo del goce, además del placer mutuo de los encuentros padre-hijo, quienes se cautivan y se dejan cautivar a través de la emoción devenida del vínculo.