Durante catorce años, la confitería Goyescas fue el punto de encuentro ideal para los santiaguinos que buscaban animar su vida social con música bien elegida y presentada. Al local ubicado en la esquina sur-poniente de Huérfanos con Estado se iba a tomar té o un trago, pero sobre todo a escuchar y bailar tango, bolero, swing, mambo e, incluso, los primeros ensayos locales de rock'n'roll. Según el musicólogo Juan Pablo González, "es muy difícil encontrar un local chileno donde haya circulado tanta variedad de música y de tan alta calidad".
El cierre, en 1963, de la que se considera la última gran boîte santiaguina, fue la confirmación de que la llegada de la televisión había cambiado para siempre los hábitos locales en torno al baile y audición de música en vivo, e incluso el modo de programar la noche. Y precisamente a ese esplendor ya extinto le rinde tributo "Una noche en el Goyescas", tercer espectáculo sucesivo a cargo del Instituto de Música y la Escuela de Teatro de la Universidad Católica centrado en la música popular chilena de la primera mitad del siglo XX. La misma sociedad había montado antes "Del salón al cabaret" (2002) y "Días de radio en Chile" (2004).
"Una noche en el Goyescas" se instalará en Santiago durante el 15, 16 y 17 de marzo en el Centro de Extensión UC (Alameda 390). El montaje reproduce la cena de Año Nuevo de 1960, durante la cual músicos de la Universidad Católica recrean el repertorio y estilo interpretativo de gente como Pepe Lucena, máxima estrella de la música española en Chile; las inmortales Sonia y Myriam; la Orquesta Huambaly; y William Reb and his Rock Kings, el primer grupo chileno de rock'n'roll. El repertorio incluye clásicos de la canción popular chilena y extranjera masificados en las voces de estas estrellas de la época: títulos como "Una pena y un cariño", "Tonadas de Manuel Rodríguez", el chachachá "El bodeguero", "Quémame los ojos" (precioso bolero de Nelson Navarro) y el pasodoble "Corazón de España".
Juan Pablo González, productor e investigador del montaje, cuenta que en el espacio que antes ocupara el Goyescas se encuentra hoy una farmacia que aún conserva la marquesina de la boîte. "Al interior se accedía a través de la primera escalera mecánica que hubo en Chile, al final de la cual te encontrabas con una 'muralla' de peceras de cristal, llenas de peces tropicales muy coloridos. En el salón había unas gigantografías en blanco y negro que reproducían las más famosas pinturas de Goya, por eso el nombre del local. Y el suyo fue el primer escenario mecánico que se conoció aquí: apretando un botón podías ampliarlo a más del doble, lo que permitía la ubicación de grandes orquestas o la presentación de cuerpos de baile".
Hacia fines del año pasado, la preparación de este espectáculo sorprendió a sus realizadores con la noticia del fallecimiento de Humberto Lozán (en octubre) y Myriam von Schrebler (en diciembre), dos voces que iluminaron la historia de la música popular chilena desde sus respectivos puestos en la Orquesta Huambaly y el dúo Sonia y Myriam. Los espectáculos venideros se plantean, por eso, como un tributo a su memoria.
Con las voces de Francesca Ancarola, Jessica Quezada, Gonzalo Cuadra, Pilar Díaz y Soledad Díaz. Agrupaciones: Jazz Band de la UC, Los Armandos, Palomar y cuerpo de baile Bella Época.
Arreglos musicales: Pedro Mesías. Dramaturgia: Inés Stranger.
Dirección escénica: Miguel Ángel Jiménez. Producción e investigación: Juan Pablo González