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Sigue la energía

17 de Agosto de 2007 | 18:13 | Amanda Kiran
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EFE

¿Cuánto toma prepararse para la PSU? Cuatro años, y en estricto rigor, 13 tal vez.


¿Cuánto toma preparar un matrimonio? Para algunos un año, para los más histéricos dos años. Pero sinceramente, para muchos, toda una vida.


¿Cuánto toma preparar una tesis? Cuatro, a veces cinco años, hasta diez, dependiendo de la carrera. Porque desde que entras a la Universidad, hasta que la das, es un estrés total por esa sola palabra.


¿Cuánto toma preparar un mundial? Depende de la disciplina, pero toma más de cuatro años. Definitivamente más. Preparar la sede, y cada deportista en sí. Y así... Preparar, prepararse. En la vida, nos pasamos preparando...


Ya pasaron dos semanas desde que terminaron los Juegos Panamericanos de Río. Algunos seguimos soñando con volver atrás. Otros continúan riendo. Varios siguen con la medalla al cuello. Otros, aún no pueden creer por qué no llegaron a Chile con ella.


La mayoría estamos contentos. Varios prometían más de lo que pudieron lograr. Demasiada fe, resultados pequeños. Y otros, demostraron que podían, pero que todavía falta.


¿Qué falta? Supongo que tiempo, paciencia, experiencia, decisión. Yo me lo tomo como llegó. Un regalo de lejos, pero cerca. Un constatar que el deporte, desde donde estés, es la mayor expresión de unión, alegría y amistad, a veces acompañado de tristeza. Un sinónimo de amor.


Creo que lloré como nunca, y reí como pocas veces. Conocí, descubrí y apoyé, como no pensé que podría. Sufrí, deseé y trabajé para lograr objetivos, tal vez de una forma mucho más abnegada que en años anteriores.


Sin estar en la cancha, transpiré. Sin estar en la cancha, grité. Sin estar en la cancha, dominé. Y sin estar en la cancha, formé parte de un equipo de 41 personas. Y parte de una delegación de más de 200 personas.


Me puse el nombre de Chile. Desfilé. Cuidé. Caminé. Corrí. Saboreé. Fui una más. Una más del montón que no se ve. Del montón del cual me llena de orgullo haber formado parte.


Dos semanas que pasaron volando. Dos semanas llenas de todo. Lluvia, aire, deportistas, países, banderas, edificios, intercambios, carcajadas, trabajo, sufrimiento, cautela, concentración, comida...


Desde Chile me apoyó todo el mundo. Mi familia, mis trabajos, mis compañeros de equipo, mis amigos. En Río nos apoyamos entre todos, y suplimos necesidades cotidianas, con trabajo, fuerza, conversa y compromiso.


No es fácil luchar como luchamos y volver con las manos mitad vacías. No es fácil porque realmente hay trabajo, hay entrega, hay superación clara y hay superioridad. Pero siempre falta algo. Y a eso hay que ganarle.


Siempre hay que llegar dando explicaciones, y eso cansa. Siempre está el risueño, que te dice que somos malos porque no llegamos algo. Siempre está el que no sabe, pero que finalmente tiene la razón.


De todas formas, hubo medallas. Y de todos los colores. Medallas para muchos. Y la ansiada medalla de un deporte colectivo.


Medallas por el deporte, y no por el precio de ella. Esa es la magia de estos Juegos. Ahí se vive la energía. Todos los deportistas disfrutan y llevan en la sangre el sacrifico por un juego que ilumina nuestras vidas. Sea la disciplina que sea.


Para todos ellos una felicitación, con todo el corazón y sumamente especial.


Para todos los que fueron, que intentaron, que apoyaron a otros y a ellos mismos. Para las sonrisas de pasillo. Los abrazos, los alientos, los tiempos.


Y –por supuesto- un especial reconocimiento a los que se trajeron el premio presencial y material a Chile. El que todos buscábamos, pero sólo algunos lograron.


Una gran felicitación para ellos también:


Medalla de oro:


Cristián Escalante (levantamiento de pesas); Alberto González, Diego González y Cristián Herman (navegación a vela); Diego Bórquez (karate); Enzo Cesario (ciclismo, persecución individual); Luis Sepúlveda, Enzo Cesario, Gonzalo Miranda y Marco Arraigada (ciclismo, persecución por equipos); y Soraya Jadue y María José Orellana (remo).


Medalla de plata:


Carolina Santibáñez (patín carrera); Tomás González (gimnasia); Felipe Alvear (esgrima); Adrián García (tenis, singles); y Jorge Aguilar y Adrián García (tenis, dobles).


Medalla de bronce:


Jaime Iturra (levantamiento de pesas); Tomás González (gimnasia); Selección Masculina de hockey césped; Felipe Leal y Miguel Cerda (remo); Jessy Reyes (karate); David Dubó (karate); Rodrigo Moranda (esquí náutico); Felipe Miranda (esquí náutico); y Paris Inostroza (esgrima).


Desde acá, vamos a seguir trabajando. Para que en cuatro años más esta columna se vea de color bronce o plata, y por qué no ser más soñador, para que esta columna se vista completamente de oro.

Amanda Kiran
akiran@mercurio.cl

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