La canadiense iluminó el escenario de la Quinta Vergara con un pop de plena vigencia.
Ricardo Vásquez, El MercurioVIÑA DEL MAR.- En este universo que es el Festival hay de todo, incluida, por cierto, una jerga propia. Así, entonces, existe lo que generalizadamente llamamos "números anglo", un concepto utilizado para referirse a cualquier artista que cante en una lengua que no sea la local.
Pero en días como hoy queda claro el inmenso reduccionismo que encierra el término, si es que ello implica meter en un mismo saco a un show como el ofrecido por Nelly Furtado y el que trajeron sus antecesores "anglo" (Journey y Peter Frampton).
La canadiense azotó la Quinta Vergara con una ventolera de frescura, y logró invertir el viejo concepto de "Viña sale al mundo". Esta vez fue el mundo el que vino a Viña, de la mano de una artista global, en el peak de su vigencia y, lo mejor de todo, en una permanente evolución y búsqueda, de las cuales el Festival tuvo el lujo de ser testigo.
La artista salió a escena con "Say it right", una pieza de un pop sensual y enigmático extraida de su último álbum Loose, que finalizó al borde del escenario con estampa de diva. Fue el punto de partida de un show de nivel, que vio pasar temas de sus distintas etapas, con cierto énfasis en el sello más hip hopero y latino de su último trabajo.
De ello saldría inicialmente en la intimidad de "Fotografía" en versión acústica, y donde utilizó a toda la Quinta Vergara para reemplazar al original Juanes. Fue la primera aproximación a un español que la canadiense maneja con cierta dificultad, pero que fue suficiente para interactuar con el público a su antojo, incluyendo el aleteo de una gaviota, tras escuchar la petición en la galería.
Los trofeos llegarían después de la canción que la dio a conocer en el mundo entero, "I'm like a bird", y ella respondería en el cierre con "Maneater" con sus propios reconocimientos para la gente: flores que entregó personalmente a cada afortunado desde el escenario.
Un recuerdo tangible de un show que sus fanáticos atesorarán y que el Festival de Viña del Mar deberá anotar en la lista de los mayores que ha recibido.