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Día contra el Acoso Escolar: Cómo pueden identificar los padres que su hijo es víctima de bullying y consejos para enfrentarlo

Según datos arrojados por una ONG, el incremento de los casos ha sido de un 40% respecto de mediciones anteriores. "Debemos tener normas que regulen la convivencia escolar y que promuevan los buenos tratos, a todo nivel. Con solo sancionar no se logra nada", afirma una especialista.

02 de Mayo de 2024 | 11:21 | Redactado por Sofía Cereceda, Emol.
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La Segunda (imagen referencial)
Los números de los casos de violencia, bullying o acoso escolar han aumentado significativamente durante este último tiempo, situación que preocupa cada día más. Y es que estos hechos se han constituido como uno de los principales factores de riesgo que afecta la integridad física y mental de niños y adolescentes. Esto, porque las agresiones ya no son solo verbales, sino también físicas entre compañeros de clase, e incluso se extienden hasta los docentes y otros miembros del personal educativo.

De acuerdo a la UNESCO, cada mes uno de cada tres estudiantes sufre acoso escolar en todo el mundo. Asimismo, más del 36% de ellos se ha visto afectado por una riña física con algún compañero de clases y casi uno de cada tres ha sido agredido físicamente, al menos, una vez al año.

Chile, por cierto, no es la excepción. Según datos arrojados por la ONG internacional Bullying Sin Fronteras, el incremento de casos de acoso escolar ha sido de un 40% respecto de mediciones anteriores. En tanto, en 2023 la Superintendencia de Educación dio cuenta de 4.502 denuncias por "maltrato entre estudiantes", siendo la segunda cifra más alta en una década.

Frente a esta compleja realidad, y en el marco del Día Internacional contra el Bullying o el Acoso Escolar, Viviana Tartakowsky, directora de Psicología de la Universidad Bernardo O'Higgins (UBO), entrega consejos para que los padres puedan identificar si su hijo está siendo víctima de acoso y también ofrece algunas recomendaciones sobre cómo enfrentarlo.

En esa línea, Tartakowsky indica que uno de los primeros indicios de que un niño o adolescente sufre bullying es el cambio de comportamiento brusco y significativo. "En los adolescentes o preadolescentes (10 a 18 años) es muy probable que manifiesten su deseo de no ir al colegio (un chico/a que antes lo hacía sin problemas), incremente o disminuya su alimentación, experimente cambios de humor como, por ejemplo, dejar de reírse o se aísle del grupo de amigos", detalla.

En el caso de niños más pequeños, la especialista sostiene que si bien es más probable que cuenten que están sufriendo algún hecho de violencia escolar -siempre y cuando exista confianza hacia sus figuras cuidadoras-, "muchas veces hay amenazas del o los agresores si el menor se atreve a comentar, por lo que es 'normal' que silencien por terror y miedo". Ante ello -dice- "es importante observar problemas en el ciclo del sueño, vigilia, pesadillas, terrores nocturnos, encopresis o enuresis".

Estas señales deben ser atendidas por los padres a fin de poder ayudar y orientar a sus hijo/as, pero junto con el rol que tienen que cumplir los apoderados, también se han impulsado distintas iniciativas y políticas públicas diseñadas para enfrentar y disminuir esta problemática.

Una de esas medidas es la implementación de protocolos que todos los establecimientos educativos deben ejecutar para poder investigar los hechos de violencia y luego dar curso a alguna solución. "La apuesta debe ser, por una parte, la psicoeducación en temáticas de buen trato y los efectos que esto tiene y, por otra parte, la sanción precisa de este tipo de conductas", comenta la directora de Psicología de la UBO.

Recomendaciones para enfrentar el bullying

La pregunta más frecuente que se hace los padres al abordar estos conflictos es qué hacer si mi hijo está siendo víctima de agresión. Tartakowsky señala que el primer paso es restablecer la confianza para que los niños puedan comentar la situación a la que se ven expuestos. Pero es relevante reiterar que si no lo hace, es "normal" debido al tipo de dinámicas de amedrentamiento que se da en estas circunstancias. En ese sentido, es importante mencionar que si no se da a conocer el hecho de violencia, no se debe llamar la atención.

"Posteriormente, es necesario hablar con el establecimiento educativo para que se tomen las medidas pertinentes, pues todos estos deben por ley -sean públicos o privados- tener protocolos de acción frente al bullying", señala.

Sin embargo, Tartakowsky dice que nunca se debe "llamar a los padres del agresor" para no agravar los hechos, ya que en conjunto con el establecimiento y la aplicación de protocolos se deben determinar acciones de protección para la víctima y de sanción, además de medidas de reparación para el que ejerce bullying, dependiendo de la gravedad de los acontecimientos".

"Ahora bien, si el colegio no hace nada, incluso los padres pueden acudir a la Superintendencia de Educación", enfatiza la experta.

Para quienes están en la vereda contraria y es su hijo quien está agrediendo o acosando a uno de sus pares, la psicóloga también tiene algunas recomendaciones que entregar para poder enfrentarlo.

En ese sentido afirma que "se debe comprender las causas que motivan la agresión y examinarse como cuidador. La mayor parte de los casos se explican porque son niño/as que no cuentan con figuras parentales, y por eso actúan así para llamar la atención, es decir, 'acá estoy mamá o papá' o lamentablemente a veces son ellos víctimas de agresión de parte de sus padres o figuras cuidadores y 'desquitan' su rabia con otros niños, en general los que se perciben más débiles".

"De ahí es esencial impulsar la reflexión del acto cometido y la relevancia de que es justa una consecuencia, como modo de aprendizaje y la necesidad posterior de generar algún mecanismo de reparación para la víctima", agrega.

"Debemos tener normas que regulen la convivencia escolar y que promuevan los buenos tratos, a todo nivel. Con solo sancionar no se logra nada. Debe trabajarse en la promoción de buenos tratos, la prevención en población de riesgo y el establecimiento de consecuencias, cuando se trasgrede una norma".

Viviana Tartakowsky, directora de Psicología de la Universidad Bernardo O'Higgins
Con respecto al tipo de sanción que debiese aplicarse, la directora de Psicología de la UBO menciona que "debiese estar escrita en los protocolos y que sean coherentes con la falta (por ejemplo: es distinto reírse en varias de clases de un mismo día de un niño, que amenazarlo con un cuchillo o filo del sacapuntas). Muchas veces es necesario buscar apoyo profesional".

"Debemos tener normas que regulen la convivencia escolar y que promuevan los buenos tratos, a todo nivel. Con solo sancionar no se logra nada. Debe trabajarse en la promoción de buenos tratos, la prevención en población de riesgo y el establecimiento de consecuencias, cuando se trasgrede una norma", concluye la académica quien hace un llamado a concientizar sobre este tema que se ha transformado en un peligro para la población escolar.
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