Aunque la falta de infraestructura en su stand era evidente –y no por culpa de los representantes en Chile de la marca- Audi desplegó, sobre todo, la espectacularidad del R8 y del V8 TDI de Q7. Además, brilló el TT Roadster y el S5 y, por su ausencia, el Q5, que se suponía de la partida.