Gustavo Cerati - Un Especial de Emol.com
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Amor amarillo (1993)


Todavía existe Soda Stereo a toda máquina pero es un arresto de amor químicamente puro de parte de Gustavo Cerati el que da origen a su primer disco como solista por fuera de su grupo. Amor amarillo es una colección de canciones marcadas por el deslumbramiento ante la paternidad ("Lisa", como su futura hija, se llama una de las canciones), por su relación de pareja con la chilena Cecilia Amenábar (que toca en bajo y canta en otra, "A merced"), y que se oye cruzada desde los títulos hasta el sonido por la idea de la fecundación y la vida. "Una vida a otra vida para que me lleves", canta Cerati en "Te llevo (para que me lleves)". "Adentro tuyo, algo del sol", sugiere en "Amor amarillo". "Cuando me hundo en el mar de la fertilidad", refiere en "Lisa", envuelto en el sonido más amniótico de su vida.

Canciones elegidas:
"Te llevo para que me lleves", "Lisa" y la versión de "Bajan", de Luis Alberto Spinetta.

Bocanada (1999)


Ya emancipado como definitivo solista, Gustavo Cerati sale a cosechar con nombre y apellido propios el alcance continental que ha ganado como cantante y compositor de Soda Stereo. Bocanada es su primer disco personal a tiempo completo, y después del llamado tribal inicial de la canción "Tabú", en él vuelca esa vocación por la melodía y la canción en un éxito como "Puente" o en la ligereza de "Engaña", pero también la sofisticación que es otra de sus marcas de fábrica en el sonido más enigmático de "Raíz" y "Río Babel". Aquí aparecen también por primera vez en un disco propio sus derivaciones instrumentales hacia la música electrónica en pistas como "Balsa" o "Aquí y ahora", además de la sinopsis orquestada de "Verbo carne" que luego se haría más carne en el disco 11 episodios sinfónicos (2001).

Canciones elegidas:
"Puente", "Paseo inmoral", "Río Babel" y "Raíz".

Siempre es hoy (2002)


En su tercer disco Cerati delínea todavía más los polos entre la canción pop-rock y el influjo por las programaciones electrónicas que fijan el rumbo de sus canciones. O, en otras palabras, entre la guitarra y las máquinas. "Cosas imposibles", la primera canción y el primer single de Siempre es hoy, es un ejemplo claro: tiene una base electrónica por un lado, es una canción innegable y con guitarra eléctrica para que canten las masas por otra. A esta altura el músico argentino está rodeado por cómplices de una nueva generación habituada a los recursos electrónicos como Flavius Etcheto y Leandro Fresco, y al mismo tiempo con instrumentistas ligados a un sonido más orgánico como el estupendo bajista Fernando Nalé. La canción "Altar" incluye una colaboración con el DJ y rapero chileno Camilo Castaldi, también conocido como Tea-Time y como solista además de por su trabajo en Los Tetas y en Funk Attack.

Canciones elegidas:
"Cosas imposibles", "Karaoke", "Altar".

Ahí vamos (2006)


La carátula no miente. Ahí vamos es el regreso de Gustavo Cerati a la guitarra. Es ese sonido el que predomina en su cuarto disco, y el que después de compartir cuotas con las bases electrónicas en Bocanada (1999) y Siempre es hoy (2002) aquí se oye dueño de la situación. En el disco más eléctrico de su trayectoria lo que se mantiene incólume es su vocación por componer canciones instantáneas para aprender: ahí están nuevos éxitos tan bien compuestos y de lleno emocionantes como "Crimen", "Adiós", "Lago en el cielo", "Me quedo aquí" y "Otra piel" para delinear un repertorio que además hace méritos serios para ser el mejor disco de canciones de su etapa como solista. Aquí está además su reencuentro con el guitarrista Richard Coleman, viejo compañero de las mismas gestas "modernas" en los Buenos Aires de los '80 en paralelo entre los grupos Soda Stereo y Fricción, y toca también un conglomerado entre rockeros como Tweety González y Fernando Samalea y músicos electrónicos como Leandro Fresco y Flavio Etcheto.

Canciones elegidas:
"Crimen", "Adiós", "Lago en el cielo", "Me quedo aquí".

Fuerza Natural(2009)


El disco de los cincuenta años de edad de Gustavo Cerati lo trae de vuelta al juego entre la música bailable y el gesto rockero. Desde una apertura de sonoridad electrónica hasta un nuevo himno con ambición radial como "Deja vu" marcan esas coordenadas. Esta vez el músico se gana comparaciones con grupos de la actual generación que han vuelto a revisar las raíces del rock, como The Management o The Killers, pero Cerati tiene de su lado la edad suficiente como para haber conocido esas músicas de primera fuente. Entre las novedades están el aire folclórico que se oye en "Tracción a sangre" y el pulso de chacarera de "Cactus", pero la columna vertebral sigue siendo ese pop-rock de guitarra para cantar ojalá en masa, que ha venido experimentando desde los días de dominación de Soda Stereo.

Canciones elegidas:
"Deja vu", "Rapto".

Gustavo Cerati