Los manifestantes, se reunieron en un parque del centro de la capital. Luego marcharon para pedir al Premier, Shinzo Abe, que ordene el desmantelamiento de todas las centrales nucleares.

Pese a que se produjeron olas de hasta un metro en algunas provincias niponas, la población recordó el trágico episodio de la año pasado en el que fallecieron cerca de 18 mil personas.

Pese al tiempo transcurrido desde la destrucción de la central nuclear debido al maremoto, la radiactividad se mantiene alta en cursos de agua y embalses.

Tokio Electric Power (TEPCO) adoptó la medida para apoyar la reconstrucción y gestionar las compensaciones a las víctimas tras el tsunami de marzo de 2011.

Durante su visita, Noda revisó las labores de desmantelamiento del reactor número 4 de la planta, gravemente dañado tras el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo de 2011.

Producto del desastre de Fukushima, el Ejecutivo nipón anunció un plan que cesa progresivamente la producción nuclear de aquí a 30 años.

El grupo constará de expertos japoneses y extranjeros, entre ellos, el expresidente de la Comisión de Regulación Nuclear de EE.UU., Dale Klein o Kenichi Omae, doctor en ingeniería nuclear.

Se explica, según las autoridades, porque los rapes se alimentaron en las zonas con mayor radioactividad.

Así lo revelan las investigaciones japonesas, cuyos estudios concluyeron que los insectos presentaron anomalías en alas y malformación en ojos.