Con apenas 18 minutos de diferencia, dos aviones comerciales chocaron contra las dos Torres Gemelas del World Trade Center. En menos de una hora y media, ambas se transformaron en escombros.
Diecinueve terroristas tomaron el poder de los cuatro vuelos. La mayoría de ellos ubicados en primera clase, y con un piloto entrenado en cada grupo, todos sabían que su destino era la muerte.