Como no había una estación fija para realizar el campeonato, los organizadores decidieron, en 1972, darle un espacio determinado para albergar a los tenistas y darle regularidad al torneo. Para ello, optaron por utilizar el Club de tenis de Kooyong, puesto que Melbourne es la ciudad que más adeptos y patrocinios llamaba.
A medida que pasaron los años, el torneo fue creciendo en su popularidad y los organizadores tuvieron que construir, en 1988, lo que en la actualidad es el Melbourne Park. Ese año, el número de visitantes aumentó en 126 mil, un 90% más que cuando se hacía en Kooyong.
Desde entonces, el Abierto de Australia ha crecido en importancia y popularidad, atrayendo a los mejores jugadores del mundo a este torneo que este año entrega cera de 18 millones de dólares en premios y puntos para la clasificación del ATP.
Las mujeres también tienen una participación relevante dentro del circuito de este gran evento deportivo. Ellas pudieron participar en 1922. Su primera ganadora fue Margarita Queenslander Molesworth. En 1925, la australiana Daphne Akhust ganó el primero de sus cinco trofeos. Akhust murió prematuramente. Sin embargo, nadie la olvidó. Gracias a su logro, el torneo femenino lleva su nombre, inmortalizándola.
Para este año, existen novedades respecto al uso del campo de juego. En 1988 los organizadores decidieron cambiar la superficie y utilizaron el polémico Robound Ace. Ésta constaba de caucho quemado que, gracias a las condiciones climáticas de Melbourne y la deformación del campo, promovía las lesiones en los tobillos de los jugadores. La situación se mejoró y se cambió el material de la carpeta a Plexicushion, parecido al que se utiliza en el Abierto de Estados Unidos, favoreciendo la salud en los deportistas.