Él
era el vocalista de una de las bandas más famosas de los 90,
ella la cantante del grupo Hole y una de sus más grandes admiradoras.
La
historia de Kurt Cobain y Courtney Love se podría explicar desde
una frase que alguna vez dijo el propio líder de la banda Nirvana:
“Los dos hemos estado faltos de amor toda la vida”.
Para sus fanáticos, ellos formaban la pareja perfecta. Ambos
cantantes con un pasado cargado de sexo, drogas y rock and roll, coincidían
tanto en lo musical como en sus vicios secretos. Sin embargo, cuando
Cobain se suicidó, llevaban varias semanas sin verse.
Ambos lideraban bandas de estilo “grunge”, tuvieron una
infancia problemática y desamparada y se hicieron adictos a la
heroína.
Si bien Love era la líder del grupo Hole, también era
una groupie de Nirvana, que consiguió el sueño de cualquier
fanática: casarse con su ídolo.
La primera vez que se vieron fue en 1989. Fue en un concierto del grupo
Buttholesurfers. Tenían amigos en común y se rodeaban
del mismo círculo musical.
Dos años mayor que él, la personalidad extrovertida y
provocadora de Courtney llamó inmediatamente la atención
del silencioso Kurt.
Meses
más tarde volvieron a encontrarse en el Reading Festival, cuando
Nirvana teloneaba a Sonic Youth. Courtney asistía a todas las
presentaciones de la banda. Desde entonces empezaron a salir.
Ese mismo año, con el dinero que Courtney juntó como stripper,
se fueron a vivir juntos a San Francisco. Ella estaba alucinada; Cobain
era su amor platónico y su estereotipo perfecto: rubio, flaco,
desaliñado y famoso.
Luego, en Los Angeles, Courtney filmó "Sid & Nancy",
donde hizo el papel de la mejor amiga de Nancy Spungen, la novia asesinada
de Sid Vicious, conocido bajista del grupo Sex Pistols, quien también
murió por adicción a las drogas.
Muchas veces se comparó a
Courtney
con Nancy,
por ser consideradas como "malas influencias" para los músicos
y por la relación controvertida y destructiva de ambas parejas.
Mientras
Courtney jugaba a ser actriz, Kurt se fue de San Francisco, a escondidas
de su novia. Su paradero era un misterio, necesitaba escapar, su depresión
lo consumía, sentía demasiada presión por la inminente
fama.
En diciembre de 1990, Courtney volvió a tener contacto con Kurt
a través de su amigo Dave Grohl, baterista de Nirvana.
Courtney le mandó un regalo a través de Grohl: una caja
en forma de corazón de su colección, que contenía
conchitas de mar, tacitas miniatura de té y una muñequita.
Era toda una declaración de amor al extravagante estilo de ella.
A él le pareció encantador y fuera de lo convencional,
lo que le gustó mucho.
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