Mauro Matthei, Benedictinos

1. ¿Cuáles son las consecuencias o puntos positivos del Concilio Vaticano II para la Iglesia Católica?
Este Concilio, como todo concilio de la Iglesia, es un acontecimiento fecundo, ya que cumple así la palabra de cristo de que vendrá el Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad que guiará a sus discípulos a la verdad completa.

Por medio de los concilios la Iglesia profundiza su conocimiento de Dios, lo aclara, lo desarrolla, lo explica mejor, lo da a conocer con nuevos conceptos.

De este modo la Iglesia se prepara y se capacita para servir a Dios, al mundo y la hombre en mejor forma.

Creo que hay una posibilidad para la Iglesia de estar mejor equipada para el mundo actual. Tiene más doctrina, más reflexión, más teoría y también una mejor práctica.

2. ¿Cuáles son aquellos aspectos negativos o perjudiciales para la Iglesia Católica, que provocó el Concilio Vaticano II?
Hay que admitir, a pesar de lo anterior, que el Concilio Vaticano II tuvo secuelas negativas, por dos razones.

Un motivo intrínseco que se deriva de su carácter de ley general de la Iglesia. La fuerza de la ley, como explica Santo Tomás de Aquino, proviene de la costumbre de practicarla. Al cambiar la ley e instaurar una nueva, ésta no tiene en un primer momento la fuerza de la costumbre, lo que deriva en vacilaciones, inseguridades, desobediencias.

Por ello, en un principio no conviene cambiar a menudo las leyes, y si se cambian hay que prever este factor de inseguridad. Es evidente que después del Vaticano II se produjeron estos fenómenos.

En segundo lugar, hay un motivo extrínseco que se deriva de un error en la clave interpretativa, error producido por la presión de los medios de comunicación. Nunca un concilio estuvo tan expuesto como éste a la opinión pública.

Debido a ello, no se interpretó este Concilio como profundización en continuidad con los anteriores, sino como una ruptura, una revolución, un confrontación con lo anterior, lo que no era ni podía ser.

3. ¿Cómo se vive actualmente el Concilio Vaticano II? ¿Se aprecian hoy los cambios que se introdujeron?
El éxito del pontificado de 25 años del Papa Juan Pablo II se debe sin duda a que refleja adecuadamente las ideas directrices del Vaticano II. Ahí está la explicación, la clave, la ilustración de lo que significa el Concilio.

El Pontífice no ha querido otra cosa que dejarse inspirar continuamente por la doctrina de este Concilio. Para saber cuál ha sido el valor del Vaticano II, no se requiere más que estudiar la trayectoria de este Papa.

Los frutos del Concilio se están viendo, pero esto es solamente el comienzo, un concilio no es para diez años, veinte años. Es para siglos, así que queda mucho por practicar.

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