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Kurt Cobain nunca quiso ser una estrella del rock. Su precoz interés por la música (igual que por el dibujo y la pintura), surgió a raíz de una necesidad de aislarse de sus problemas familiares, más que a las ganas de convertirse en el ídolo en que terminó transformado.

Nació en Hoquiam, Estados Unidos, el 20 de febrero de 1967. Pero al poco tiempo sus padres, Donald Cobain y Wendy O'Connor, decidieron mudarse, y ya a los 6 meses, el pequeño Kurt Donald Cobain estaba viviendo en Aberdeen, uno de los pueblos con la tasa de suicidios más alta de Estados Unidos.

Desde sus primeros días el pequeño Kurt demostró que tenía talento y ganas de expresarse y esos dos factores seguramente incidieron en su destino. Tanto, quizás, como el Ritalín que desde pequeño le dio su madre para contrarrestar sus problemas de concentración en el colegio.

Es que, como tantos otros rockeros atormentados, Cobain tuvo una infancia difícil.

Su carácter retraído y su débil contextura física fueron casi un insulto para un padre autoritario, que, como una buena parte de los padres estadounidenses, esperaba ver a su hijo convertido en un crack del fútbol americano. Situación que, por cierto, nunca se dio y que se transformó en un permanente foco de conflicto entre ellos.

En 1967 sus padres se separaron y Kurt se fue a vivir con su padre en un remolque. Dos años más tarde se mudó a vivir con su madre. Alternó con ellos por distintos períodos, pero nunca se llevó bien ni con la nueva mujer de su padre, ni con el nuevo marido de su madre, situación que volvió a convertirse en un problema, porque el pequeño Kurt era explícito a la hora de manifestar su molestia.

Sus padres, lejos de preocuparse o de buscar soluciones, optaron por el camino más fácil: lo mandaron a vivir con unos tíos.

La relación con sus parientes fue algo más plácida, pero tampoco encontró allí la tranquilidad familiar que necesitaba su espíritu atormentado.

Durante su infancia y primera parte de la adolescencia, Cobain pasó buena parte de su tiempo encerrado en su habitación dibujando y pintando mientras escuchaba a The Beatles y a The Monkeys, primero y más tarde Led Zepellin, Black Sabbath, AC/DC, Kiss y otras bandas de rock pesado.

A esa altura ya tenía una arraigada personalidad de "outsider": odiaba el colegio, odiaba a su familia y tenía pocos amigos. También tenía un talento poco común para sus compañeros de generación.

A los 14 años uno de sus tíos le regaló una guitarra eléctrica de segunda mano junto a un pequeño amplificador. De ahí en adelante las cosas nunca volverían a ser las mismas.

En la guitarra Cobain no sólo encontró una forma de canalizar su amargura y descontento, sino también le permitió empezar a relacionarse con gente y a encontrar amigos.

Su interés fue incluso más allá, al punto de ser por un tiempo roadie de los Melvins, un grupo punk de Seattle, lo que también lo ayudó a familiarizarse de a poco en la escena musical de esa ciudad industrial.

En diciembre de 1987, y tras formar varias bandas de nombres tan extraños como Stiff Woodies o Fecal Matter, Kurt Cobain forma oficialmente Nirvana, que en esa época estuvo formado por Kris Novoselic en el bajo y Aaron Burckhard en batería. Con ellos presentó con bastante éxito en el reducido pero entusiasta circuito rockero de Seattle, cuna del naciente grunge.

Dos años más tarde, tras la incorporación de un nuevo baterista (Chad Chaning) más 600 dólares, grabaron en sólo tres días su álbum debut "Bleach" fue lanzado bajo el sello Sub Pop en 1989.

La placa no tuvo una recepción comercial demasiado impresionante, pero sí fue bien recibido entre los universitarios y se convirtió de inmediato en piedra angular de la incipiente historia del grunge.

Bajo esa condición de "promesas" del grunge, Nirvana se presentó durante un par de años en distintos clubes a lo largo y ancho de Estados Unidos, e incluso en algunos escenarios de Europa, dejando tras de sí, a cientos y miles de obnubilados fanáticos que lentamente fueron convirtiendo a la banda en un fenómeno.

En 1991, y ya con su formación definitiva (Dave Grohl en batería) Nirvana grabó "Nevermind", álbum con el que entró definitivamente a la enciclopedia del rock.

Era la mezcla perfecta entre punk, rock y pop. Más que eso, era el sonido que toda una generación (y de paso la industria discográfica) estaba esperando. La banda precisa en el momento justo. Una combinación que en cuestión de semanas, transformó a esta pequeña agrupación de Seattle, en un ícono generacional y una máquina de hacer dinero.

Paradójicamente, fue este éxito el que selló el fin prematuro de la banda.

Acostumbrado a la soledad y a las tocatas en pequeños locales que conocía desde la adolescencia, el éxito obligó a Cobain a enfrentar situaciones para las que no estaba preparado: contratos, giras, hoteles, programas de televisión, miles y miles de fans que empiezan a venerarlo.

Eran demasiados estímulos para un chico retraído, que odiaba los focos y cuyo único objetivo en la vida era hacer música y ganar algo de dinero sin llamar demasiado la atención.

Pero a esa altura, ya no había vuelta atrás. La vorágine se había tragado a Cobain, y cualquier movimiento que hiciera por tratar de zafarse, no hacía más que hundirlo más en el pantano de la fama.

Porque claro, con el éxito no sólo llegaron las giras y el dinero, sino también las drogas.

En un intento por combatir los fuertes dolores gástricos que lo aquejaban, Cobain empezó a consumir cada vez más fuertes dosis de heroína. Eso, sumado a las nuevas responsabilidades y la presión que significaba ser el nuevo ídolo del momento, empezaron a acercarlo cada vez más hacia el acantilado.

En eso estaba Cobain, cuando en junio de 1991, conoció a Courtney Love en un concierto de los Buttholesurfers. Dos meses más tarde volvieron a encontrarse en el Reading Festival, cuando Nirvana teloneaba a Sonic Youth.

Con un pasado también cargado de sexo, drogas y rock and roll, Love era la líder del grupo Hole, pero era también una groupie de Nirvana, que consiguió el sueño de cualquier fanática: casarse con su ídolo.

El 24 de febrero de 1992, Kurt Cobain y Courtney Love se casaron en Hawaii, un idílico escenario alejado del stress de la industria, en el que se prometieron amor eterno. El matrimonio, más la rápida llegada al mundo de Francis Bean (Agosto de 1993), la primera y única hija de la pareja, significó para Cobain un pequeño oasis en medio de un torbellino que a cada segundo se hacía más incontrolable.

Fue durante ese período que Nirvana publicó "Incesticide", tercer disco del grupo, que incluyó rarezas, cortes en vivo, lados B, y otros registros previamente grabados. Mientras tanto, en agosto de 1992, Nirvana se presentaba nuevamente, pero ahora como número principal, en el Reading Festival.

Al poco tiempo la banda volvió a enclaustrarse en el estudio para registrar su siguiente disco "In Utero", el que saldría al mercado el 13 de septiembre de 1993.

Sólo un par de meses después, grabaron ese emblemático concierto desenchufado en Nueva York para MTV.

A esa altura Cobain ya había entrado y desertado de un programa de rehabilitación por su dependencia a la heroína.

Fue durante la gira mundial de presentación de In Utero, en Italia, cuando Cobain dio la voz de alarma en relación a su preocupante y cada vez más estrecho vínculo con las drogas.

En marzo de 1994, tres días después de su última presentación, Cobain debió ser internado en un hospital romano bebido a una sobredosis de droga mezclada con champaña.

La gira debió suspenderse y Cobain fue enviado de vuelta a Seattle, donde apenas un mes después de ese trágico episodio, terminaría por quitarse la vida.

Según las pericias policiales, el cadáver de Kurt Cobain estuvo tres días tirado en el garage de su casa, en el barrio de Denny-Blaine, en Seattle, sin que nadie se diera cuenta.

Fue un electricista, que entró a la casa a instalar un sistema de seguridad, quien lo descubrió ahí, con un tiro en la cabeza.

Hasta hoy se ha especulado muchísimo sobre las verdaderas circunstancias de su muerte. Algunos dicen que no soportó la fama y decidió autoeliminarse, terminando en su estilo, una vida cargada de conflictos y tragedias.

Otros dicen que es imposible que se haya suicidado, porque el nivel de heroína que encontraron en su sangre durante los exámenes posteriores a su muerte era tan alto, que habría sido imposible que hubiera podido siquiera levantar una escopeta. Mucho menos dispararla contra sí mismo.

Algunos especulan incluso sobre la posibilidad de que hubiera muerto por sobredosis de heroína antes de que "alguien" le descerrajara un tiro en la cabeza.

Como sea, y más allá de cualquier especulación, el 5 de abril de 1994 Kurt Cobain murió en la más absoluta soledad, en la etapa más rutilante de su carrera, cuando era considerado un verdadero Dios para millones de fanáticos del rock en todo el mundo.

Siete mil personas asistieron a su funeral.

Cobain se había convertido, sin quererlo, en uno de los roqueros más importantes de la historia. Su muerte lo instaló de inmediato a la altura de otros íconos como John Lennon, Jim Morrison, Janis Joplins, Jimmy Hendrix.

Con todos ellos no sólo comparte una muerte trágica y una vida tormentosa y cargada de excesos, sino también un legado que influenció (y sigue influenciando) a millones de fanáticos del rock de todos los tiempos.

Felipe Ossandón