Chad McQueen, el actor reconocido por interpretar a Dutch en la saga de "Karate Kid", hijo del legendario Steve McQueen y piloto de autos murió a los 63 años en su casa de Palm Springs California, según informó su familia a través de un comunicado que compartió durante las últimas horas.
"Con gran pesar anunciamos el fallecimiento de nuestro padre, Chad McQueen. Su notable trayectoria como padre amoroso para nosotros, junto con su inquebrantable compromiso con nuestra madre, ejemplificaron verdaderamente una vida llena de amor y dedicación", dicen Jeanie, la esposa del actor, y sus hijos Chase, Steven y Madison en el texto.
"Su pasión por las carreras no solo destacó su talento excepcional, sino que también sirvió como una forma de honrar el legado de su padre, un testimonio de los valores que le inculcaron", agregan.
"Él nos transmitió su pasión, conocimiento y dedicación, y continuaremos no solo su legado, sino también el de nuestro abuelo. Como familia, debemos atravesar este momento difícil y pedimos amablemente privacidad mientras recordamos y celebramos su extraordinaria vida", finaliza el escrito.
De acuerdo a lo que informó el medio especializado en noticias del espectáculo TMZ, el intérprete murió en compañía de su esposa, sus hijos y su abogado de toda la vida Arthur Barens, quien explicó que el actor murió por una falla orgánica.
Además, el medio pudo saber que el actor sufrió hace algunos años una lesión que le provocó una insuficiencia orgánica progresiva que finalmente terminó con su vida.
Más allá de la fama que acarreaba desde su nacimiento, por ser hijo de una de las leyendas de Hollywood, McQueen se ganó un lugar propio en la industria del entretenimiento y se hizo mundialmente conocido por interpretar a Dutch, uno de los villanos de la película de 1984, "Karate Kid" y en su secuela de 1986, "Karate Kid II".
En el medio, en la mítica "V, Invasión Extraterrestre", interpretó a Dean, el hermano de una adolescente secuestrada por los visitantes y termina uniéndose a la resistencia.
Además de su pasión por la actuación, Chad compartía otro gran amor con su padre: la velocidad. McQueen tuvo una exitosa carrera en las carreras de autos. Compitió profesionalmente en eventos como las 24 Horas de Le Mans y las 12 Horas de Sebring y fundó McQueen Racing, una compañía que desarrolla automóviles y motos de alto rendimiento.
Sin embargo, esa gran pasión no solo le brindó satisfacciones sino que le jugó una mala pasada. En 2006, McQueen sufrió un accidente casi fatal mientras practicaba para el evento Rolex 24 del Daytona International Speedway. Aunque finalmente se recuperó, el accidente terminó con su carrera profesional como piloto.