Este martes se produjo la explosión simultánea de diversos beepers que portaban múltiples miembros del grupo chií libanés Hezbollah, en la ciudad de Beirut, capital del Líbano, y también en Siria. Más de 2.800 personas resultaron heridas, 200 de ellas de manera grave, mientras que otras nueve fallecieron, según informó el Ministerio de Salud.
Rápidamente, el movimiento islamista apuntó a Israel como el autor del ataque. "El enemigo israelí es plenamente responsable de esta agresión criminal" y "recibirá, sin ninguna duda, su justo castigo", sostuvieron desde Hezbollah.
Los beepers son aparatos de mensajería y localización que no necesitan tarjeta SIM ni conexión a internet. El líder de Hezbollah había solicitado anteriormente a sus miembros no portar celulares, ya que estos podrían ser utilizados por Israel para rastrear sus movimientos o atacarlos.
Entre los fallecidos se encuentran los hijos de dos diputados de Hezbollah, Ali Ammar y Hassan Fadlallah, confirmó a AFP un cercano al movimiento islamista. Una menor de 10 años también perdió la vida, tras la explosión del beeper de su padre. Además, los hijos de un alto funcionario de seguridad de Hezbollah y el embajador iraní en Beirut, Mojtaba Amani, se encuentran entre los heridos.
Las imágenes de las explosiones en algunos lugares públicos han sido viralizadas por las redes sociales. En los videos se puede ver cómo los equipos de emergencia trabajan arduamente para atender a los heridos.
El ministro de Salud del Líbano, Firass Abiad, informó que la mayoría de las víctimas resultaron con heridas "en el rostro, las manos, el vientre e incluso en los ojos".
En Siria, en tanto, fueron 14 los miembros del grupo chií libanés que resultaron heridos por la misma razón, según indicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Revisa la explosión masiva de beepers
