En medio de la conmoción transversal que ha generado la repentina muerte del ex Presidente Sebastián Piñera, varios de sus ex colaboradores han salido a recordar su trabajo como ex gobernante, pero la forma en que resolvió uno de los momentos más complejos de su segundo mandato: la crisis social y de seguridad que afectaba al país tras el 18-O.
Ya había transcurrido casi un mes de protestas, desórdenes, saqueos y enfrentamientos que no daban tregua. La molestia por el alza del pasaje en el transporte público había destapado una serie de demandas por acceso a la salud, pensiones y educación, y prontamente algunos grupos comenzaron a levantar banderas por una nueva Constitución.
La tensión puso al ex Mandatario en una encrucijada.
Debía decidir entre una salida democrática o la opción con la que su sector comulgaba: decretar estado de excepción y sacar a los militares a las calles para retomar el control del orden público. El resultado es conocido. Piñera optó por llamar a un Acuerdo por la Paz y nueva Constitución, pero para llegar a esa decisión, hubo un intenso debate interno, preguntas, y una solitaria reflexión final.
El ex ministro del Interior, Gonzalo Blumel recordó como "fatídica" esa noche del 12 de noviembre, donde continuaban registrándose hechos de violencia, como el asalto al regimiento Tejas Verdes en San Antonio, o los ataques a la Intendencia y Gobernación de Antofagasta, además de los saqueos y enfrentamientos que se multiplicaban en distintos puntos del país.
"Fue una cosa muy brutal, y a eso de las 5 o 6 de la tarde, yo estaba en mi oficina del Ministerio del Interior, junto a Rodrigo Ubilla, quien era subsecretario en ese momento; Karla Rubilar y Claudia Alvarado. (Piñera) me llama y me dice que va camino a La Moneda producto de la grave situación de orden público que se estaba produciendo", recordó Blumel en conversación con Tele13 Radio.
Ya pasadas las 19.00 horas, Piñera y su ministro del Interior, de Defensa, y otros secretarios de Estado, se reunieron en su oficina, donde se generó un intenso debate que debía empujar alguna salida a la crisis. "Había muy buenas razones para decretar un estado de excepción, dada la situación de alteración de orden público, que estaba muy descontrolado", aseguró el ex ministro.
Pero al interior de esa oficina se iban planteando opiniones diferentes sobre cómo proceder. Piñera escuchaba, tal como lo solía hacer: siempre antes de tomar una decisión, pedía la opinión de todos sus colaboradores, para luego resolver.
"Él (Piñera) mantuvo siempre la convicción de que, ante todo, había que perseverar por el diálogo, por la búsqueda de los acuerdos, por la búsqueda de la política en su dimensión más profunda, que es mediar los conflictos y evitar que esto se desborde. Y optó por buscar una salida política a una crisis social y de violencia muy profunda, y creo que con el paso del tiempo, ha ido siendo comprendida".
Gonzalo Blumel, ex ministro del Interior
Luego de esa "discusión muy intensa" -en palabras de Blumel- y tras recabar una gran cantidad de información, sotener conversaciones con los directores de las Fuerzas de Orden y Seguridad, con el entonces presidente del Senado -Jaime Quitana-, y con los principales líderes políticos de Chile Vamos, quienes "le manifestaron su respaldo a la decisión de sacar a los militares", Piñera pidió estar solo.
"Pidió un momento de tranquilidad para reflexionar, y en determinado momento le pide a Sarita, su secretaria histórica, su block y sus lápices, y empieza a escribir, sin nosotros saber todavía cuál era su decisión", comentó el ex ministro. Todo lo hizo en medio de un "silencio muy tenso y dramático", hasta que comunicó su decisión final: "
nos informa que iba a hacer un llamado a un Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución".
La decisión no sólo fue compleja, sino que cuestionada en el propio sector de Piñera. Además, "fue muy poco reconocida, mezquinamente reconocida por parte de la oposición. Porque lo que nos jugábamos en ese momento era el quiebre de nuestra democracia, al menos como la conocíamos, y quizás donde hubiera terminado. Tengo la convicción que estuvimos a punto de sufrir una grave crisis democrática de profundidad insospechada", comentó Blumel.
"Él mantuvo siempre la convicción de que, ante todo, había que perseverar por el diálogo, por la búsqueda de los acuerdos, por la búsqueda de la política en su dimensión más profunda, que es mediar los conflictos y evitar que esto se desborde. Y optó por buscar una salida política a una crisis social y de violencia muy profunda, y creo que con el paso del tiempo, ha ido siendo comprendida", cerró.
