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Manuel Sánchez, vaticanista: "La energía y empuje de Francisco no era del agrado de gente que se dejaba llevar por la costumbre"

El experto comenta desde Roma las implicancias que tuvo el paso del Papa por Chile, en medio de los casos de abuso sexual en la Iglesia. "Promovió una operación de limpieza radical", subraya.

21 de Abril de 2025 | 18:02 | Por Daniela Toro, Emol.
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Papa Francisco en su visita a Chile, en 2018.

El Mercurio/Archivo
La muerte del Papa Francisco, registrada a las 7.35 horas de este lunes, ha abierto una serie de análisis en torno a su legado en la Iglesia Católica, además de la revisión de varios pasajes de su vida y de la forma en que ejerció su gobierno eclesiástico.

El Papa Francisco tuvo una mirada e impregnó un quehacer poco convencional en el pontificado. Muchos le reconocen el carácter de "austeridad" que buscó para la Iglesia, alejándose de lo ostentoso, y cultivando cercanía con los más pobres y desvalidos.

Según Manuel Sánchez, vaticanista de la Universidad de Santa Croce, en Roma, Francisco no estuvo ajeno a complejidades en su gobierno, precisamente por marcar diferencias con lo convencional y por encarnar un liderazgo más dinámico de lo que se había visto previamente. "Su energía y ese empuje obviamente a veces no era muy del agrado de gente que se dejaba llevar por el acostumbramiento (...) de lo que era 'la vida de la Iglesia'", precisa en conversación con Emol.

Asimismo, en torno a los casos de abusos sexuales, el vaticanista destaca el rol "de limpieza radical" que tuvo el Papa Francisco, especialmente tras su visita a Chile, en 2018, la que tampoco estuvo ajena a polémicas tras pedir "pruebas" de que el obispo Juan Barros habría "encubierto" los abusos de Fernando Karadima.

¿Cuál es, a su parecer, el principal legado del Papa Francisco?

Pienso que el principal legado del papa Francisco es que ha sido el papa de la misericordia por una parte, y por otra parte, que ha ayudado a la Santa Sede y al Vaticano a poder hacer una serie de reformas interesantes, diseños para poder fortalecer la vida de la iglesia. Pero yo diría que, sobre todo, el legado del papa Francisco tiene que ver con la misericordia, su mirada a los que llamaba la gente "descartada" de la sociedad, los que a veces no se presta atención, desde las personas mayores a los emigrantes, incluso los niños, los niños no nacidos, y que a veces tampoco se le daba el necesario eco.

¿Cuáles son las principales reformas que impulsó?

Una de ellas, que es de una gran necesidad aquí en Roma como es en todo el mundo, tiene de ver con la estructura económica de las altas sedes, así como también una suerte de normalización de la vida administrativa y las estructuras del Vaticano, para una mayor evangelización .

¿A qué dificultades se enfrentó Francisco en su rol como jefe de la Iglesia Católica, le costó gobernar?

Él tuvo una notable energía y capacidad de gobierno, y esa energía y ese empuje obviamente a veces no era muy del agrado de gente que se dejaba llevar por el acostumbramiento, o un poco perezosos, no por estar acostumbrados a actitudes de corrupción, sino a una manera poco alegre, poco juvenil, como tenía que ser la vida de la iglesia. Él también subrayó en los últimos años, y de manera continua, el papel central de la mujer en la vida de la iglesia, de hecho, él hablaba de cómo la iglesia era mujer, y eso llevaba a romper determinadas formas de hacer, en la iglesia y en la sociedad, con unos ribetes un poco machistas que no dejaban un desarrollo armónico con todo lo que es la iglesia. Ciertamente fue complejo. Hay que tener en cuenta que el gobierno de un papa es algo complejísimo, en un mundo con distintas sensibilidades, problemas complejos, y es por eso que él pedía tanto a veces rezar por él, porque lo necesitaba, porque era un trabajo muy pesado, muy difícil. Él tenía que armonizar esas sensibilidades.

¿Cómo observa que el papa manejó las polémicas que surgieron por los casos de abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica?

El papa convocó hace unos años una gran reunión en Roma a obispos de todo el mundo, y quiso sensibilizar sobre cómo abordar este tema. Creo que el papa no sólo tomó medidas de carácter legislativo, de un punto de vista jurídico canónico, si no que también de carácter pastoral, con esta medida en el Vaticano.

— ¿Cuál es la injerencia que tuvo el papa Francisco específicamente en Chile?

Pienso que la presencia del papa en Chile fue sido fundamental. Después de su viaje (en 2018), promovió un proceso de de purificación radical en el episcopado chileno, y por tanto, también en la vida de la Iglesia en Chile. Es el único país en el mundo en el que ha promovido una puesta en marcha de una "operación de limpieza de manera radical", y eso me parece que ha sido un ejemplo extraordinario.

— ¿Cometió un error cuando pidió "pruebas" de que el obispo Juan Barros hubiera encubierto a Fernando Karadima?

En mi opinión lo logró subsanar, porque él muchas veces reconoció públicamente en tantas entrevistas que no tenía ningún inconveniente en reconocer errores. A mí me parece que al principio tuvo algún error de percepción de lo que estaba pasando, pero luego luego, cuando estuvo en Chile, pudo ver las cosas e inició un tipo de trabajo de una notable fuerza de gobierno y, como decía antes, de limpieza.

— ¿Cómo ve la injerencia de la Iglesia y del legado del papa en una sociedad menos conservadora, con un importante porcentaje de chilenos y chilenas que ya no se declaran católicos?

Es una tendencia normal. Las sociedades y las personas evolucionan, en algunos casos, se hacen más reflexivas, descubren su propia fuerza. Pero por otra parte, me parece que la Iglesia siempre ha tenido una notable capacidad de reconocimiento, a veces con esfuerzo y con golpes fuertes, de conocimiento del contexto, para poder ser un instrumento de evangelización, de ayuda, no solamente en el ámbito de las creencias, sino de la ayuda social. Creo que la Iglesia en Chile está avanzando en ese cambio, en esa renovación, que a veces se produce gracias a los golpes que uno recibe.
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