Emplazado en el condado de Riverside, en el estado de California (EE.UU.), se halla uno de los clubes más exclusivos del mundo y que fue construido para multimillonarios fanáticos de los autos deportivos de alta gama.
Hablamos del Thermal Club Raceway, un lujoso lugar donde el césped de las canchas de golf fue sustituido por tres impresionantes pistas de carrera para que sus adinerados socios puedan exigir al máximo sus vehículos.
Y cuando decimos socios multimillonarios no exageramos, ya que para conseguir la membresía de este lugar no solo basta con tener un deportivo veloz, sino también pagar varios millones de dólares por diversos conceptos donde se incluye una lujosa propiedad dentro del complejo.
El recinto, totalmente cercado para el mundo exterior, tiene un extensión superior a las 160 hectáreas que están emplazadas a un costado de la carretera y muy próximo a un aeropuerto privado donde llegan los jets y helicópteros de quienes dan vida a este singular "Club de Campo".
Un matrimonio con las cosas claras
Sus dueños son Tim Rogers y su esposa, Twanna, y aún cuando la idea no fue de ellos, sí participaron como inversionistas en una primera etapa.
Según cuenta el sitio Autocar.com.uk, tras observar que el proyecto no iba en la dirección correcta, decidieron marginarse y esperar que este "estuviera maduro" para luego regresar con la intención de convertirse en los dueños de toda la iniciativa, algo que consiguieron rápidamente.
Según indica el medio inglés, luego de eso el matrimonio invirtió más de 174 millones de dólares en la construcción del lujoso complejo.
Al respecto, Tim Rogers dijo que en un principio fue complicado sacar adelante el proyecto, pero aseguró que durante los últimos seis meses "ha sido rentable", pudiendo cancelar la totalidad de las deudas adquiridas.
Añadió que la idea de embarcarse en una iniciativa de esta envergadura nació luego de conocer varios clubes de campo de la zona donde hay hermosos lugares para jugar golf y con lindas instalaciones, pero “tenemos quizás 125 de esos en el Valle de Coachella, y no todos juegan al golf. Nosotros amamos los autos y pensamos que hay muchas otras personas que también lo hacen”.
Una apuesta ambiciosa
Rogers Reveló además que el éxito de este emprendimiento comenzó cuando decidieron hacer una apuesta más ambiciosa y no solo se quedaron en ofrecer una pista para correr autos tal como existen en otros lugares, sino que además le sumaron hermosas villas de lujo para motivar a los millonarios de la ciudad de Los Ángeles.
“Ahora no puedes ser miembro sin una villa, o viceversa” señala Rogers, quien explica que el club se encarga de todo, proporcionando un arquitecto y contratistas. Incluso se pueden proporcionar propiedades listas para la mudanza, con comida en la nevera, preparación de café y cómodos sillones en la terraza.
Por el momento existen dos tipos de membresía disponible. Una es de tipo familiar y la otra corporativa, destinada a ejecutivos y dueños de empresas.
La primera de ellas tiene un valor de 85.000 dólares y tal como lo indica su nombre permite incorporar a todos los miembros de un grupo familiar. En tanto, la corporativa tiene un valor de 200 mil dólares y se pueden inscribir hasta cuatro personas no relacionadas.
Además, dijo Rogers, las familias deben pagar una mensualidad de 1.200 dólares, monto que también debe ser cancelado por cada uno de los cuatro integrantes de la membresía corporativa.
Tres pistas y mucho más
En la actualidad el exclusivo club de multimillonarios amantes de los vehículos de alta velocidad cuenta con tres pistas de carrera y alrededor de 70 propiedades residenciales construidas.
Además, empresas automotrices de la talla de BMW y Mini se han instalado en este complejo con su West Coast Performance Center.
Pero es no es todo, ya que adquirieron terrenos aledaños al club para construir una cuarta pista que ha sido diseñada por el piloto de carreras Alan Wilson quien dice que el cliente típico de este complejo "es el piloto de la Copa GT3”.
Añadió que pese a sus años de estar ligado al mundo motor “he visto más McLarens aquí que en cualquier otro lugar del mundo”.
De ahí que su misión es diseñar una pista que de la sensación de mucha velocidad sin que necesariamente se pueda pisar a fondo el acelerador, ya que la seguridad de sus adinerados clientes es fundamental.
"Quieres que alguien así pueda jugar con su auto, llevarlo al límite. Nunca son los límites del auto, porque los autos son mucho mejores que el 90% de los conductores", explicó.
Por lo mismo, la conducción es solo una dimensión de este club de campo. También hay talleres estándar para equipos de carreras llenos de autos que pertenecen al club o miembros de este junto a técnicos que trabajan en ellos.
