La contaminación del aire urbano por los gases que despiden los motores diésel continuó disminuyendo en Alemania, según una evaluación de la Oficina Federal de Medio Ambiente (UBA).
Según el informe, el valor límite para el dióxido de nitrógeno (NO2) fue excedido el año pasado en una de cada cinco estaciones de medición cercanas al tráfico, mientras que en 2018 la cifra era más del doble.
"La calidad del aire en 2019 ha mejorado", dijo la ministra alemana de Medio Ambiente, Svenja Schulze, al comentar los resultados arrojados por el estudio.
No obstante y pese a los esfuerzos desplegados por la autoridad y los ciudadanos, aún hay al menos 19 centros urbanos que siguen superando la media anual permitida de 40 microgramos por metro cúbico de aire.
Además, dijeron, hasta ahora el informe solo contempla las mediciones de las estaciones automáticas, sin considerar otras estaciones adicionales cuyos resultados estarían disponibles recién en mayo próximo.
Según comentó el presidente de la Oficina Federal de Medio Ambiente, Dirk Messner, cuando los datos de estas estaciones adicionales estén disponibles en mayo, el número de ciudades contaminadas podría aumentar a 25 o 30, cifra que aún así es inferior a la recogida en 2018, cuando la media anual todavía era demasiado alta y alcanzaba 57 urbes.
Medidas restrictivas
En opinión de los expertos de la UBA, esta mejora en la calidad del aire se logra luego que la autoridad dispusiera de una serie de medidas que restringen el uso de vehículos con motores diésel y la implementación de tecnologías más amigables con el medio ambiente.
Entre ellas mencionaron los límites de velocidad aplicadas en carreteras y autopistas, las prohibiciones de conducir vehículos diésel en determinadas zonas urbanas o la entrada en funcionamiento de autobuses más ecológicos, pero también a las actualizaciones de software para el control de las emisiones, la sustitución de los coches más antiguos por otros más nuevos y el efecto del clima.
Sin ir más lejos, la contaminación por NO2 fue la principal razón argumentada por las autoridades de ciudades como Stuttgart, Hamburgo y Berlín para prohibir en algunas zonas céntricas el tránsito de vehículos con motores diésel antiguos.
Según la UBA, estos vehículos son la principal causa de que haya demasiado NO2 dañino en las ciudades. El Gobierno alemán y la industria automovilística también están tratando de reducir las emisiones de NO2 con programas de renovación y modernización de viejos vehículos.
