Un remoto poblado de Alaska, llamado Igiugig, fue escenario de una historia de solidaridad e ingenio luego que todos los conductores de la zona usaran sus vehículos para iluminar la pista de aterrizaje a fin de permitir el arribo de un avión hospital que debía trasladar a un niño cuya vida corría peligro.
Según recogen medios internacionales el hecho ocurrió hace algunos días cuando un avión Medvac, de la empresa LifMed, enviado desde Kodiak debía aterrizar en Igiugig para llevar de emergencia a un niño para recibir atención en Anchorage.
Si bien el remoto poblado, donde habitan no más de 70 personas, tiene un pequeño aeropuerto estatal con iluminación propia, esta no encendió, por lo que al llegar la aeronave de rescate, a eso de las 23:00 hrs, no pudo realizar la operación de aterrizaje dado el riesgo que implicaba la falta de visibilidad.
Ida Nelson, residente de Igiugig, escuchó el avión sobrevolar y supo que algo tenía que estar sucediendo. Salió de su casa y, después de intentar infructuosamente encender las luces de la pista, comenzó inmediatamente a llamar a todos los que pudo en el pueblo para que llegaran con todos sus autos hasta la orilla de la pista.
Hizo 32 llamadas y sacó a todas las personas del pueblo de sus cama y las subió a sus automóviles, camionetas, camiones, vehículos de cuatro ruedas y todo lo que tuviera faros que funcionaran.
Ya en el aeropuerto Ida Nelson alineó los vehículos a ambos lados de la pista para que con sus focos hicieran visible el camino de la aeronave.
Un piloto local pudo llegar a su avión y comunicarse con el piloto de LifeMed por radio para informarle lo que estaba pasando. Fue precisamente él quien tomó una foto de la operación, la que rápidamente se viralizó tras ser subida al sitio de Facebook de LifeMed Alaska.
"¡Es increíble lo que una comunidad puede lograr con un poco de ingenio y mucha determinación!", dice la publicación que dio cuenta del hecho.
Ida Nelson mencionó a medios de prensa que el clima estaba tranquilo y que la piloto del avión de evacuación médica dio vueltas mientras las personas en tierra formaban sus vehículos para iluminar la pista coordinados por radios y teléfonos.
“Mucha gente se levantó de la cama y estaba corriendo en pijama (...) Se ubicaron los vehículos mirando hacia el este y recorriendo toda la pista, iluminando el camino del piloto”, recordó Ida Nelson.
El plan de emergencia funcionó a la perfección y la aeronave pudo aterrizar para trasladar al niños. Durante el despegue los vehículos también proporcionaron la iluminación requerida.
Según se informó las luces del aeropuerto también fueron reparadas a fin de evitar nuevos incidentes.
