El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció la flexibilización de algunas reglas que regulan los créditos fiscales para vehículos eléctricos con el objetivo de ampliar el número de modelos que se pueden ver beneficiados con estos incentivos que llegan hasta los 7.500 dólares.
La decisión, que modifica algunas disposiciones de la Ley de Reducción de la Inflación de 2022, otorga a los fabricantes de automóviles locales un período más amplio para cumplir con ciertas normas relacionadas con el origen de los minerales de las baterías.
El objetivo de esta medida, dijeron, es incentivar aún más la venta de unidades cero emisiones y cumplir los objetivos dispuestos por la Casa Blanca, la que se puso como meta que la mitad de las ventas de vehículos nuevos en Estados Unidos corresponda a ejemplares a batería al finalizar la administración Biden.
Actualmente los incentivos fiscales para la adquisición de vehículos eléctricos nuevos oscilan entre 3.750 y 7.500 dólares, así como un crédito de 4.000 dólares para vehículos usados, beneficios que no sólo buscan incentivar la compra de estos ejemplares, sino también la industria local, ya que solo se entregan a vehículos fabricados localmente, incluyendo sus piezas y componentes, los cuales deben provenir de la producción interna o de socios comerciales.
No obstante, este último punto no ha podido ser cumplido por los fabricantes instalados en Estados Unidos, por lo que el Departamento del Tesoro decidió flexibilizar dichas exigencias.
Aunque inicialmente se había planeado que a partir de 2025 las baterías con minerales críticos de países de interés no serían elegibles para ningún crédito fiscal, tras recibir comentarios de la industria automotriz y otros actores, los funcionarios resolvieron ampliar los plazos de esa restricción.
Esta medida tiene como objetivo evitar que algunos vehículos que cumplen con casi todos los requisitos queden fuera de la elegibilidad para el crédito fiscal debido a pequeñas cantidades de minerales difíciles de rastrear.
El cambio de reglas se considera un paso importante para incentivar la inversión, la creación de empleo y la adopción de vehículos eléctricos por parte de los consumidores, tendencia que pese a las ayudas ha experimentado una desaceleración los últimos meses, lo que ha generado preocupaciones sobre la estrategia de los fabricantes de automóviles para atraer a los compradores hacia esta tecnología.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, enfatizó que los créditos para vehículos limpios proporcionan a los consumidores ahorros significativos y contribuyen a la creación de empleos bien remunerados, fortaleciendo así la seguridad energética del país.
Otra de las principales novedades anunciadas por la autoridad es que ahora los créditos estarán disponibles en el momento de la compra en concesionarios autorizados, en lugar de tener que esperar una devolución del impuesto sobre la renta.
Sin embargo, calificar para estos créditos aún depende de varios factores, como los ingresos del comprador y el precio del vehículo, entre otros.
