En los últimos años, la escasez de conductores de camiones comerciales ha ido creciendo en todo el mundo y Japón es una de las economías más afectadas por esta situación, ya que a este problema se suman otros como carreteras altamente congestionadas que ralentizan aún más el tránsito de productos.
Para hacer frente a esta situación, los japoneses no solo han invertido tiempo y dinero en desarrollar vehículos autónomos que den un respiro ante este complejo escenario, sino que además han explorado otras innovadoras alternativas.
Entre estas opciones, hay una que toma fuerza y no es otra que la construcción de una cinta transportadora automatizada de gran tamaño y de 500 kilómetros de largo que una las ciudades de Tokio y Osaka. Esta operará las 24 horas del día, los 7 días de la semana, movilizando carga equivalente a la que moverían 25.000 camiones diariamente.
El proyecto se denomina Autoflow Road y es impulsado por el Ministerio de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo de Japón, cartera que lleva más de un lustro buscando una solución a la escasez de conductores profesionales como resultado de la disminución de la población y de regulaciones más estrictas sobre las horas de conducción.
De hecho, se espera que el número de conductores disponibles en ese país caiga de 660.000 en 2020 a 480.000 en 2030, lo que podría llevar a que el 30% de las entregas no lleguen a su destino final si no se toman medidas.
El informe del gobierno sugiere que la Autoflow Road podría estar operativa para 2034. Este sistema no solo aliviaría la congestión vial y reduciría las emisiones de carbono, sino que también ayudaría a resolver la crisis del transporte por carretera. Sin embargo, el costo estimado de construcción es elevado, rondando los 23.000 millones de dólares.
Aunque la propuesta aún no ha sido aprobada, se inspira en sistemas similares existentes, como una cinta transportadora de 23 kilómetros en una mina de piedra caliza en Japón y un sistema de 100 kilómetros para transportar fosfato en África.
