Su expulsión marcó el partido.
El Mercurio
SANTIAGO.- Minuto 55. Esteban Pavez y Marco Medel se enfrascan en un duro diálogo luego de una falta que cometió el volante albo.
El mediocampista cruzado reclama un codazo. El jugador del Cacique lo encara y le enrostra que está exagerando. Luego de un intercambio de palabras y empujones, la situación parecía quedar en el olvido.
Pero no. Pavez estaba fuera de sí. Siguió discutiéndole a su rival e inesperadamente le lanzó un escupitajo. Acción totalmente reprochable y así lo entendió de inmediato el juez Patricio Polic, quien estaba al lado de los futbolistas.
Tarjeta roja para el volante del Cacique, quien se hizo expulsar innecesariamente. Su descontrol era evidente. Su rabia e impotencia aún mayor.
Tanto, que antes de salir de la cancha se molestó con Jean Beausejour, luego que su compañero le reprochara su actuar y le pidiera explicaciones. Lo mismo ocurrió con Justo Villar y Jaime Valdés, quienes también le recriminaron la actitud.
Además, recibió las críticas del técnico José Luis Sierra: "Lo hablamos con él y tiene claro que fue un error grave. Después de eso se condicionó todo el partido".
Pero su rabieta no quedó allí. Tras su expulsión emprendió camino hacia los vestuarios. Fue allí cuando lanzó lejos una jineta que portaba en el brazo, se tiró la camiseta en reiteradas ocasiones y más tarde se descargó golpeando la muralla del túnel.
Fueron minutos de descontrol. Minutos que no sólo le costaron la expulsión –a la larga clave en la derrota de su equipo- también le podrían traer una dura sanción.
Es que el reglamento de la ANFP es claro. Por un escupitajo el castigo puede ir de los 6 a 15 partidos, lo que dependerá del informe del árbitro y de lo que decida el Tribunal de Disciplina.
El reprochable acto de Pavez le puede costar bastante caro. No sólo se puede perder el resto del Torneo de Apertura, además podría recibir una sanción por parte de su club. Un día completamente para el olvido.