Stephanie Joffroy finalizó 19ª en el ski cross femenino
La Segunda
SANTIAGO.-
Stephanie Joffroy aterrizó en Francia, especialmente en Ociéres, una ciudad que respira y vive nieve, para visitar a sus padres. Y el abrazo con sus familiares no fue como cualquiera. Fue de alegría y casi de celebración... En el pasado mes de febrero alcanzó el
19.o puesto en la prueba de skicross de esquí femenino, donde se alzó como
la mejor chilena, en los Juegos Olímpicos de Invierno de Corea del Sur.
La deportista, tras finalizar su participación en la ciudad surcoreana de Pyeongchang no se volvió a su hogar, sino que viajó a Rusia para continuar compitiendo. Allí, enfrentó dos fechas de la Copa del Mundo. "Fue un gira bien larga", confiesa a Emol desde Ociéres, donde descansa junto a su madre. ¿Su historia?, se divide entre las montañas chilenas y las pistas de nieve francesas.
De padre francés y de madre chilena, Stephanie dejó Chile a los 13 años para desembarcar en el país europeo acompañando a sus progenitores.
En nuestro país estudió la enseñanza básica en la Alianza Francesa. Fue en tierra criolla donde creció en el mundo de la nieve. Literalmente. Se deslizó por una pista cuando tenía dos años, gracias a su padre, que es instructor. "Apenas comencé a caminar, me pusieron unos esquís chiquitos(sic). De hecho, crecí en el club del Valle (Nevado), mientras mi papá trabajaba en La Parva", afirmó.
Tras emigrar a Francia, vuelve constantemente para aprovechar su pasión. "Durante los veranos chilenos me venía para acá (Francia), y viceversa. Y así hasta el día de hoy", explicó la deportista.
Toda su familia se dedica a esta disciplina, incluso su hermana mayor, de los cuatro que tiene, es gerente de un centro deportivo de nieve francés, el cual alberga a más de 100 niños. "Aquí (Francia) es normal este tipo de trabajos, no como en Chile, que es como raro", criticó Joffroy.
Debido a que tiene raíces en el país del Viejo Continente, y que vive allá desde su adolescencia, pudo competir por Francia, pero no lo hizo. De hecho, la atleta tomó la decisión de representar a Chile desde un comienzo. "Tengo un apego súper importante con Chile y me gustaría seguir porque lo llevo en el corazón. Me gusta el proyecto que siguen", reconoció la santiaguina.
Con 26 años de edad, Joffroy sintió que no tuvo la oportunidad cuando se inició de representar a los europeos. "Entrar al equipo francés no es fácil y, francamente, creo que a mi edad es muy tarde para entrenar con uno de los mejores equipos del mundo. Hay que ser joven y tener resultados rápido en ese tipo de federaciones", destacó.
"En Chile, el esquí, es un deporte elitista"
Pese al apoyo recibido por su trayectoria, Joffroy lanzó una dura critica debido a que el crecimiento de la disciplina a nivel nacional está estancado y los recursos son muy escasos. "En Chile es un deporte caro y elitista. Tan poca gente conoce y mucha gente puede descubrir", afirmó.
En cuanto al fomento del esquí nacional, la criolla sostuvo que este tipo de personas (muchos recursos) ve el deporte como un hobby y no como profesional. "Lo practican hasta que van a la universidad, un par de años, pero lo importante para ellos es sacar una buena carrera universitaria", añadió de forma tajante.
Además, cree que el nulo acceso para un publico más amplio "es por un tema de un proyecto de desarrollo profundo por parte de la Federación y de las instituciones" .
"Necesito aporte privado para prepararme"
Y eso no todo. La deportista está agradecida con el auspicio que recibe por parte del COCh (Comité Olímpico de Chile) y de hecho comentó que "hacen un esfuerzo enorme".
Sin embargo, para la mejor nacional en la cita de los cinco anillos invernales, no es suficiente para una representante internacional. "La temporada es bastante cara para lo que me entrega el Comité Olímpico. No es suficiente para poder hacer las cosas de la mejor posible", sostuvo.
"Me faltan alrededor de 15 millones para hacer un buen año. Tengo mucho apoyo, pero es súper escaso a diferencia de los otros países. Es necesario proyectar mi carrera a 4 años más", agregó.
Para poder competir en Pyeongchang, la criolla obtuvo la mitad de los recursos por parte del organismo nacional y la otra mitad por una beca de solidaridad que le otorgó el Comité Olímpico Internacional. Además, mantiene su vida ejerciendo como instructora de esquí, al igual que su padre, y con la beca Proddar que recibe por parte del COCh y el IND (Instituto Nacional del Deporte).
No obstante, la angustia se apoderó de la atleta. "El tema es que para la mayoría de los deportistas de mi federación, lo que no les cubre el presupuesto, lo pagan ellos (familia), pero yo no puedo funcionar como ellos".
