SANTIAGO.- Una jornada negra en Macul. De esas en las que no sale nada y que terminan en un verdadero funeral. Eso fue lo que le ocurrió a Colo Colo tras caer inesperadamente frente al modesto Delfín de Ecuador y quedar colgando de un hilo de la fase grupal de la Copa Libertadores 2018.
El revés frente al equipo de Manta es sin duda una de las peores derrotas del Cacique en el último tiempo. Y eso se notó ayer en el estadio Monumental, escenario que de principio a fin vio como sus espectadores sufrieron en carne propia una cruel cronología.
Porque a decir verdad, el partido pintaba para fiesta luego de los 20 primeros minutos realizados por los dirigidos de Pablo Guede. Los hinchas se lamentaron con el palo de Esteban Paredes, pero por el nivel exhibido hasta ese momento, tenían fe en que su elenco iba a terminar imponiendo sus términos y favoritismo.
Pero después de los 25', el fervor y entusiasmo comenzó a disiparse y comenzaron a aparecer las primeras pifias. Mientras más avanzaba el reloj, el umbral de tolerancia se hacía más estrecho. Así las cosas, cuando casi terminaba el primer período ya habían simpatizantes albos gritando contra Guede. "Tienes al equipo todo cag...", se escuchó decir a un par de sulfurados forofos. Parecía un grupo aislado, ya que muchos permanecían tranquilos sabiendo que quedaba todo el complemento para encontrarle la vuelta al encuentro.
Una muerte anunciada y con escándalo sobre el final
El lapso final aparecía como la gran ocasión para que los aficionados se sacaran la pesada mochila del nerviosismo. Pero nada de eso. El Cacique entró completamente dormido y de entrada Delfín instaló la sorpresa con el tanto de Fernando Arismendi. El clásico murmullo ya se dejaba caer en las tribunas y la paciencia no era una virtud entre los albos.
Colo Colo intentaba, pero no podía recuperarse del "aletazo" que le propinó Delfín. Cuando ya se cumplía la hora de juego, los alegatos e insultos contra Guede se multiplicaron. "No tenís idea, erís para equipo chico", "Ándate Guede" y "Vendehumo" eran las frases que se reproducían a diestra y siniestra en el sector de Océano. El conjunto local parecía sentenciado a una muerte anunciada, porque dentro del campo de juego tampoco habían ideas. Finalmente y cuando se jugaban los minutos de adicionado, vino la segunda estocada de los visitantes que puso la lápida y desató el completo alboroto.
Si sobre el final de la primera etapa eran solo unos pocos, en el epílogo una furiosa masa corrió en dirección a la banca de Guede dando rienda suelta a toda su rabia. Golpes al vidrio, escupitajos y duros insultos fueron los que se ganaron el cuerpo técnico del trasandino. Para peor, hubo respuesta, ya que el ayudante Gustavo Grondona no se guardó nada y con evidente calentura respondió a los iracundos aficionados.
En la que pudo ser la noche en que Colo Colo podía renacer sus opciones de clasificar a la segunda ronda, terminó hipotecando seriamente sus chances y otorgándole un triste funeral a sus forofos, que no pudieron más y sencillamente explotaron todas sus pasiones por el conjunto albo...
