Se negaron a retirarse y ahora alcanzaron la gloria.
El Mercurio
SANTIAGO.- La "Roja" femenina alcanzó la gloria esta semana: clasificó al Mundial de forma directa, logró boletos para el repechaje de los Juegos Olímpicos e incluso fue invitada a La Moneda para celebrar junto al Presidente Sebastián Piñera. No obstante, hace sólo meses, este panorama era totalmente opuesto.
El equipo chileno estuvo casi tres años en las tinieblas. Congelado. Sin jugar siquiera un partido amistoso. Desde que Sergio Jadue se hizo con el control de la ANFP, el fútbol femenino quedó completamente de lado, según acusan las propias jugadoras. Pero eso nunca frenó su motivación y sus ganas de seguir adelante haciendo lo que más les gusta.
La "Roja" femenina tuvo que ingeniárselas para sobrevivir y luchar contras las adversidades durante un largo tiempo. Las jugadoras, en medio de una gran incertidumbre, libraron una ardua batalla para continuar. No estaban dispuestas a dejarse morir. Se negaron. Sabían que tenían materia prima para conseguir cosas grandes.
"Es un esfuerzo personal de años. Nosotras llevamos por lo menos 10 o 12 años intentando clasificar al Mundial. Es un trabajo silencioso que nadie ve. Muchas tenemos que irnos, alejarnos de nuestras familias y nuestros amigos para seguir mejorando y buscar otras oportunidades", cuestiona Christiane Endler, portera y capitana del equipo nacional.
La guardavallas del PSG francés, rostro histórico del balompié de mujeres en Chile, es sólo una de las tantas jugadoras que debieron abandonar nuestro país para salir adelante. De hecho,
de las 22 seleccionadas que fueron a la Copa América, 10 juegan en el extranjero. Todo porque acá los clubes no les pagan ni un peso. "En Colombia me tratan como una jugadora profesional, que entrena en la mañana y tiene la tarde libre. Y así uno descansa y se mantiene en forma. Sería lo ideal que pasara acá en Chile"
Carla Guerrero, defensa
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"Cuando yo estuve en Santiago, muchas de nosotras teníamos que trabajar o estudiar. Entonces nos levantábamos a las 8 de la mañana, después íbamos a entrenar en la tarde y llegábamos a la casa como a las 10-11. En cambio en Colombia me tratan como una jugadora profesional, que entrena en la mañana y tiene la tarde libre. Y así uno descansa y se mantiene en forma. Sería lo ideal que pasara acá en Chile. Yo tendría un auto como el de Esteban Paredes", ironiza la zaguera Carla Guerrero.
Precisamente con el objetivo de darle mayor visibilidad a los problemas que vive el fútbol femenino es que en 2016 se creó la Asociación Nacional de Jugadoras (ANJUFF). Dicho organismo se ha preocupado no sólo de sacar la voz por las dificultades a las que deben enfrentarse las futbolistas en el país, sino que además de exigir mayor igualdad de condiciones entre hombres y mujeres.
Geraldine Leyton, defensora del equipo de José Letelier, espera que tras los éxitos de la Copa América "nos apoyen y a ver si nos pueden dar algún bono o algo para poder apoyarnos y no tener que depender tanto de trabajar y estudiar o hacer varias cosas a la vez".
De todas formas, la esperanza de las chilenas es cada vez mayor y, luego de haber alcanzado lo más alto esta semana al clasificar al Mundial, esa ilusión crece y crece. El anhelado profesionalismo se ve cada vez más cerca.
