Iván León representará a Chile en bádminton, en los Juegos Sudamericanos.
Javier Ugarte, Emol
COCHABAMBA.- En la cancha dos del Coliseo Evo Morales de Cochabamba un joven sorprende con sus remaches y movimientos durante la práctica del bádminton, uno de los 36 deportes que disputará el Team Chile en los XI Juegos Sudamericanos 2018.
Desde afuera su técnico lo felicita, luego de un notable punto que marcó. El protagonista principal de la acción es el antofagastino Iván León, integrante del equipo nacional de dicha disciplina que competirá en la cita boliviana.
Tras un extenuante entrenamiento de casi dos horas, Morales, quien es hijo de un ex futbolista de Deportes Antofagasta, Marcelo León, y de una ex seleccionada regional de básquetbol, Marcela But, se da tiempo con Emol de hablar sobre las sensaciones que está viviendo en sus primeros Sudamericanos.
"Estoy muy feliz y ansioso de comenzar la competencia. Imagínate,
estar en este tipo de campeonato por primera vez y representando a Chile es todo un orgullo", señaló.
Con 22 años y estudiante de educación física, contó que fue en el Baptist College donde comenzó su pasión por el bádminton. "Yo jugaba fútbol, de volante, y en general me gustaban todos los deportes, pero una vez, cuando tenía como 12, se creó un taller de bádminton en el colegio y comencé a jugar".
Agregó que "poco a poco me fue gustando y cuando llevaba como dos meses en el taller disputé un torneo local y lo gané. Ahí me di cuenta que esto era mi pasión y que quería seguir con todo adelante".
Fue así que con el apoyo de sus padres comenzó a viajar por el país jugando campeonatos y también en el extranjero. Hasta que el 2016 logró el tercer lugar en singles y dobles en el Panamericano de Bádminton de Brasil, resultados que le permitieron dar el gran salto de su carrera.
"Me contactaron de España, específicamente del Club Bádminton Arjonilla, de la ciudad de Jaén, para que me fuera a integrar a ellos. Me fui de inmediato y comencé a entrenar y jugar con los mejores de Europa. Era una liga muy competitiva, lo que me permitió sumar mucha experiencia".
Sin embargo, y luego de seis meses que llevaba radicado en España, Iván tomo una dura decisión: "Volví a Chile. Lamentablemente murió un primo de cáncer y él era casi como un hermano para mí. Vivimos siempre muy unidos y su partida me dolió mucho, fue un gran drama familiar y aunque me pidió que cumpliera la promesa de seguir en Europa no pude con la pena y regresé".
Hoy, esa dolorosa partida de su primo Dángelo Naranjo, que Iván lo lleva tatuado en su brazo izquierdo, le sirvió para crecer como deportista y saber que en la vida "uno debe luchar por sus objetivos. Por eso me he preparado muy duro y voy a dar todo de mí para intentar ganar el oro en estos juegos. Sería un sueño…".