SANTIAGO.- "Ufff, estamos tremendamente felices. Es nuestro mayor logro a nivel de circuito mundial y por fin nos sacamos la espina y ganamos la medalla de oro".
Así explica el voleibolista de playa Marco Grimalt cómo se siente él junto con su primero Esteban tras conseguir el título en la fecha de la World League que se jugó en Tokio, Japón.Y es que lo conseguido por ellos es todo un hito para este deporte en el país. Antes, ellos dos se habían conformado con dos medallas de plata. Pero no descansaron y consiguieron el primer lugar.
Los primos ahora está en Viena, Austria, donde este martes vencieron a la dupla sueca en la primera ronda de la clasificación para otra fecha del circuito mundial.
Marco revela que lo logrado en Japón se suma a la clasificación a los Juegos Olímpicos de Río el 2016 como sus grandes hitos."Eso fue la realización de un sueño que teníamos como todo deportista. Pero esta medalla refleja un trabajo más a largo plazo, que hemos hecho en toda nuestra carrera", celebra.
Sin embargo, y en medio de su alegría, no olvidan lo mal que lo pasaron hace poco. Su técnico, el brasileño Eduardo Garrido, fue despedido por la Federación de Vóleibol Playa."Nunca estuvimos de acuerdo con la forma en que se dio su salida. Pero dejamos en claro que seguiríamos trabajando con él, y así lo hemos hecho.
Ninguna de las razones que dieron para desvincularlo tenía relación con su labor con nosotros", relata Marco.
Toda la polémica entre Garrido y la Federación
Eduardo Garrido fue por años el head coach del voleibol playa chileno. Sin dudas que su principal logro fue la clasificación de los primos Grimalt a los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Pero a fines del 2017 la federación decidió despedirlo. ¿Por qué? "Mantengo y ratifico la decisión de desvincularlo. Cada día estamos más convencidos que fue lo mejor.
No hizo la pega que le correspondía", comienza explicando Jorge Pino, presidente de la federación.El principal argumento que da el dirigente es que el brasileño "pensó en lo personal y se dedicó solo a los Grimalt, pero no dejó ningún legado, no hay semillero, no hay una pareja número 2 potente. Su trabajo debía ser para todo el voleibol chileno".
Pino detalla que el sueldo de Garrido era 5.500 dólares mensuales, "una cifra muy buena, y no podía estar solo con una dupla y no dejar nada para los juveniles en damas y varones y en adultos de las damas...
No hay que lamentarse, se fue Bielsa y llegó Sampaoli".
¿Cómo se defiende Garrido? "Si la federación tuviese un verdadero análisis de mi trabajo no debería haber renovado mi contrato hasta diciembre de 2018.
Trabajé duro y de igual con todos los atletas que allá entrenaron. Los logros hablan más que una crítica vacía sin datos. Si la federación estuviera con disposición de ayudar como crítica el voley chileno podría estar mucho mejor", dice a Emol.
El brasileño refuta a Pino de que sólo trabajó con los Grimalt. "Que puedo decir.
En 5 años ninguna persona de la federación subió a Peñalolén a mirar mi trabajo o de otro entrenador. Siempre me preocupé en el desarrollo, pero la federación nunca ayudó. Entonces es muy fácil decir eso".
Y defiende su gestión. "Las planificaciones de los concentrados y competencias menores que ahora hacen parte del grupo que está fueron hechas por mi. El trabajo y entrenamiento fue el que entregué a otros profesionales que lo hicieron bien, pero yo hacía reuniones mensuales con ellos en mi departamento para orientar las planificaciones.
Entonces las críticas tienen que ser basadas en algo y no en la opinión de una persona".
El caso de la "brachilena"
El 5 de mayo recién pasado
Emol publicó una nota con la historia de Fabiane Boogaerdt, una voleibolista de playa brasileña que se vino a Chile por amor y se nacionalizó. Defendiendo a su país fue campeona de los Odesur del 2010 y ahora sueña con jugar con la bandera chilena.
Ella entrena junto con Garrido en el Club Manquehue, no con la selección nacional. Y este vínculo con su compatriota es el que la tiene en problemas con la federación.
"
Está dentro de un mundillo que se han aprovechado producto de estos cambios que estamos haciendo... Tenemos que pagar 25 mil dólares para que juegue por Chile. Nosotros como federación le dijimos que ningún problema, que siga entrenando y que íbamos a ver cuando llegara el head coach.
No lo hizo, no está entrenando con la selección chilena. Se entrevistó con nosotros y le dijimos que tenía que entrenar con el técnico, pero no le gustaba quien estaba. Así que la dejamos a un lado y la citamos nuevamente hace 15 días para que entrenara con Paulao (nuevo head coach) y tampoco vino", argumenta Pino.
Y agrega que "e
lla es muy sesgada. Su pareja es quien le da sustento habitacional a Garrido, lo único que quiere es que sea él y nos dijo que sólo con él entrenaba. Cuando uno defiende a Chile, defiende a la nación...
Mientras ella no responda a la convocatoria y nuestro head coach evalúe y diga que vale la pena, que con ella lograremos cosas, haremos el esfuerzo. 25 mil dólares no es llegar y sacarlos. Pero ella no está haciendo nada para que hagamos el esfuerzo", sentencia el presidente de la federación.