SANTIAGO.- El triunfo de Colo Colo sobre Universidad de Chile por la cuenta mínima, y que significó que el Cacique ampliara su paternidad a 18 años sin perder ante los azules en el estadio Monumental, dejó una serie de hechos antes, durante y después del encuentro disputado ante más de 40 mil espectadores.
Esto es lo que no se vio de la victoria de los albos en la edición 184° del Superclásico del fútbol nacional.
Los "colgados" de la U
La rivalidad entre Colo Colo y Universidad de Chile es grande y se puede ver en muchos aspectos. Y en esta nueva versión del partido mayor del fútbol criollo los hinchas albos la hicieron sentir de una forma muy particular.
Cerca de una de las entradas al estadio Monumental, en un cartel publicitario, se podían ver dos muñecos “colgados” pintados de azul y con una "U" roja en el pecho, dando la impresión de ser hinchas rivales los que estaban ahí. Así, desde temprano comenzó a disputarse el Superclásico también fuera de la cancha...
Detenidos por "incitar a la violencia"
El sector de Océano del recinto de Macul comenzó a llenarse de gente desde temprano, prácticamente en su totalidad con fanáticos del Cacique. Aunque, contra todo pronóstico, también aparecieron algunos seguidores del equipo azul en el lugar destinado a los hinchas locales.
Aquello no pasó inadvertido por las fuerzas de orden. De hecho, Carabineros detuvo a tres barristas que vestían la camiseta de la U por estar en el sector asignado para la barra local, en una actitud que "estaban incitando a la violencia". Eso sí, fueron liberados antes del arranque del partido.
El riego contra Johnny Herrera
Desobedeciendo lo estipulado por Colo Colo, Universidad de Chile salió igual a realizar el trabajo de precompetencia a la cancha del estadio Monumental, ganándose una silbatina generalizada y ensordecedora por parte de la parcialidad alba.
Y uno que sufrió en especial con lo último fue Johnny Herrera, quien se llevó gran parte de los insultos de los fanáticos del Cacique. Aunque no fue lo único. El golero azul fue el último en abandonar el campo del recinto de Macul, cuando se activaron los sistemas de riego de la cancha de Pedrero precisamente por donde tenía que abandonar. Un mal inicio para la jornada del capitán estudiantil.
"De hincha a leyenda"
Esteban Paredes es sin lugar a dudas uno de los grandes referentes en la actualidad de Colo Colo. Aquello se lo ha ganado con grandes actuaciones vistiendo la camiseta del conjunto de Pedrero, pero especialmente por sus 14 goles a Universidad de Chile.
Es por ello que los fanático albos quisieron homenajearlo con un lienzo que desplegaron en la zona norte del estadio Monumental. Éste rezaba "de hincha a leyenda", con un retrato del atacante celebrando un gol.
No hubo abrazos
Una vez que los equipos saltaron a la cancha y al momento del saludo entre ambos planteles, no hubo abrazos ni broma de los jugadores, sino que todo lo contrario. Un frío apretón de mano, incluso Jorge Valdivia no miró a la cara al meta Johnny Herrera.
Aunque antes de esto, quien sí se brindó un cariñoso abrazo fue el portero albo Agustín Orión con el entrenador azul, Frank Kudelka. Los dos se rieron y se dijeron un par de palabras.
Los respetaron
A diferencia de lo que ocurrió en el encuentro de ida por los octavos de final de la Copa Libertadores ante Corinthians, donde un grupo de minusválidos no pudo presenciar el duelo debido a que algunos hinchas de Colo Colo no respetaron su sector habilitado en el Monumental, ahora todo cambió.
Fueron más de diez seguidores del Cacique que llegaron en silla de ruedas a Pedrero y no tuvieron inconvenientes para presenciar el Superclasico. "Ahora sí hubo respeto"', dijo una fanática del cuadro colocolino.
Ovación para "Pajarito"
El primer jugador de Colo Colo en salir a la cancha en la segunda etapa fue Jaime Valdés, quien recibió una fuerte ovación de los más de 40 mil espectadores que llegaron al Monumental.
Y lo mismo se repitió cuando a los 65 minutos el “Pajarito” ingresó por Carlos Carmona. Aplauso cerrado para el formado en Palestino.
Herrera y Valdivia casi terminan a los golpes
El frío saludo entre Johnny Herrera y Jorge Valdivia antes del inicio del compromiso era un presagio de lo que vendría. Cuando aún no se marcaban los cinco minutos del segundo tiempo una serie de bombas de ruido y una bengala cayó detrás del arco que custodiaba el meta de la U, lo que provocó que éste abandonara el lugar y corriera donde el árbitro Julio Bascuñán para que tomara alguna medida.
Los minutos corrían y la situación no se calmaba, sin embargo Valdivia le insistía al portero azul que regresara al arco, pero el oriundo de Angol no le hizo caso. El volante le reiteró en duros términos que volviera a su zona y fue ahí donde Herrera le respondió también de mala manera.
Una vez que se logró controlar a la barra de Colo Colo el partido se reanudó, aunque casi al término del lance y tras la expulsión de Sebastián Ubilla se produjo una bataola entre los jugadores y nuevamente Herrera y Valdivia se enfrascaron en una fuerte discusión con empujones y que estuvo muy cerca de terminar a los golpes, tal como ocurrió en un Superclásico de 2005 en el Estadio Nacional.
La rabia de Kudelka
Fueron varios los momentos en que el técnico de la U, Frank Kudelka, la emprendió contra el juez de la brega. Incluso, en varios pasajes del pleito el cuarto árbitro del encuentro, Eduardo Gamboa, debió pedirle que se calmara para que no fuera expulsado.
Pero la rabia del entrenador azul afloró cuando el línea Carlos Astroza demoró la autorización para el ingreso a la cancha del cuerpo médico, tras el severo corte que sufrió en la rodilla el lateral Rodrigo Echeverría. Y nuevamente el estratego argentino se enfureció contra Bascuñán cuando éste no cobró un supuesto agarrón en el área de Óscar Opazo al propio Echeverría.
Luego de estas acciones, el DT de la U no ocultó sus críticas contra el arbitraje: "Fue paupérrimo, hay cobros que cambian el curso del partido"
El dolor de Echeverría
El zaguero azul Rodrigo Echeverría, quien ayer jugó el Superclásico como lateral derecho, sufrió una violenta falta. Cuando se jugaba el minuto 11 del lance, Damián Pérez le propinó un planchazo en la rodilla que le dejó una herida profunda, la cual lo obligó a salir del campo para ser atendido.
Pero pese a que siguió jugando, después del partido se retiró visiblemente adolorido. De hecho, fue uno de los últimos en abandonar el camarín y lo hizo cojeando. Además, desde el cuerpo médico del elenco laico aseguraron que debieron aplicar corchetes para que pudiera continuar en el partido y, posteriormente, recibió sutura en la herida.